Me pongo a escribir estas líneas casi tres horas después del fuerte palo emocional del descenso del Villarreal. Mi esfuerzo es máximo para no mojar el teclado del ordenador. Sin duda, este 13 de mayo del 2012 es uno de los días más duros y difíciles de mi carrera profesional. Nunca pensé que podía pasar, pero pasó y la temporada número 13 del Villarreal en Primera fue fatídica. Nunca he sido supersticioso, pero tanto 13 negativo en el camino, tambalea mis principios, porque Rossi se lesionó también un viernes 13.

Creo que el Villarreal ha calado tan hondo que la semilla volverá a germinar con fuerza un proyecto ambicioso. Anoche vi llorar a mucha gente. Estoy seguro de que para los 23.000 espectadores que abarrotaron anoche el Madrigal y no pararon de animar a su equipo, la noche habrá sido muy larga. A partir de cuando Mediterráneo salga hoy a la luz, ya no queda más que pensar en trabajar por celebrar dentro de un año un ascenso a Primera. Todos y cada uno de ustedes tienen que empezar a poner la primera piedra del Volveremos. Y es un buen día para inundar Vila-real de banderas amarillas en los balcones.

Yo sigo manteniendo una fe ciega en Fernando Roig. La afición amarilla, que le coreó a la salida del estadio de forma multitudinaria, también. La imagen que refleja la portada de Mediterráneo es totalmente ilustrativa del dolor de un hombre que ha trabajado a muerte por este humilde club de una olvidada provincia como Castellón, que atraviesa por uno de los momentos más delicados del último siglo con una tasa de paro del 28%. Con el CD Castellón hundido en la miseria de la Tercera, la desaparición del Benicarló FS y el descenso de otro ilustre del fútbol sala como el Playas a 2ª B solo nos quedaba el Villarreal en la élite y nos ha dicho hasta luego. Sí, he dicho bien, porque estoy seguro de que volverá rápidamente. Como les decía anoche Llaneza a un grupo de aficionados depende de ustedes.

El Villarreal se va hoy a Segunda al corriente con Hacienda y Seguridad Social y con la plantilla al día en los pagos. Pero lo más importante para mi es que se marcha con la conciencia tranquila. La semana pasada les contaba que si uno no puede demostrar una irregularidad, lo mejor es callarse. Pero todo el mundo del fútbol sabe lo que pasa, pero nadie puede aportar pruebas de amaños y corruptelas. Este es el gran problema. En el final de Liga han pasado cosas muy extrañas, pero repito que, sin pruebas, no hay nada que hacer. Es un tema para la fiscalía anticorrupción.

En Primera se quedan clubs en ley concursal y con deudas millonarias. Con ello no quiero esconder que se han cometido errores y se han pagado muy caros. Eso no se le escapa a nadie. Garrido, uno de los más graves, pese al apoyo y respeto incondicional con el que ha contado en el club y en su entorno. Esta misma semana se negaba a transmitir un mensaje de apoyo al Villarreal a través de Mediterráneo, alegando un trato injusto y vejatorio a su persona. Prefiero ser esclavo de mi silencio.

Lotina ha acabado siendo otro error, pese a que logró frenar la hemorragia defensiva que sufría el equipo, su conservadurismo a ultranza ha acabado condenando al Villarreal en Mestalla, y anoche en el Madrigal ante el Atlético, con el descenso a Segunda.

Anoche estaba hundido pero las lágrimas de tantos amigos que lloraron por el Villarreal me dan más fueza que nunca para pelear por este club que tantas alegrías nos ha dado a todos. Hay que empezar a trabajar en el Volveremos que ilustra la portada de Mediterráneo desde hoy mismo. Volveremos pronto, no tengo ninguna duda, es el mensaje que le transmito a toda la familia amarilla. El nuevo entrenador, la operación limpieza de la plantilla, el reajuste económico... empiezan a trabajarse desde hoy. Roig es un ganador y anoche empezó a diseñar el nuevo Villarreal. Volveremos. H