Ningún madridista había imaginado que el entrenador que llevó al Real Madrid a conquistar la Décima se prestaría a desmontar de forma injustificada y apresurada el equipo que tanto trabajo le costó armar para volver a situarse al fin por encima de los demás. Menos que nadie Cristiano Ronaldo, que ayer dio un paso al frente y se atrevió a poner en tela de juicio la política del presidente blanco, respaldada por el técnico, porque sin duda ha debilitado al Real Madrid. Quedó claro con la manera de perder ante la Real Sociedad, que ha disparado todas las alarmas.

El intervencionismo de Florentino Pérez en la confección de la plantilla blanca está muy por encima de las ideas e intenciones de los técnicos, aunque en el caso del preparador italiano lograse la temporada pasada cuadrar el círculo y alcanzar el manoseado equilibrio con la recuperación de Xabi Alonso y la reconversión de Ángel di María en centrocampista para todo. El vasco mandó ya en el Bayern de Múnich de Guardiola en la pasada jornada de la Bundesliga sin haberse entrenado con sus nuevos compañeros y el argentino defiende los colores del Manchester United a cambio de la mayor millonada pagada en la Premier. Ayer llegó cedido Chicharito Hernández, Falcao se marchó con Di María y Ronaldo, que no participó en el ridículo de San Sebastián, no pudo reprimirse.

“Yo tengo mi opinión muy clara, pero no puedo decir siempre lo que pienso. Si lo hiciera, mañana sería portada del periódico y no quiero. Pero si yo mandara igual no lo había hecho así”, dijo la estrella portuguesa sobre los movimientos que ha habido en la plantilla. Inmediatamente después matizó que, pese a todo, hay que aceptar lo que dicte Florentino Pérez. “Si el presidente piensa que lo mejor para el equipo es contratar los jugadores que ha fichado y dejar salir a otros, hay que respetar y aceptar sus decisiones”, declaró en La Sexta Ronaldo tras el rodaje de un anuncio de Tag Heuer en el circuito del Jarama, junto al excampeón de Fórmula 1 Jenson Button.

DECISIONES CONSENSUADAS // La posición en que queda el entrenador no es nada cómoda. Si todas las decisiones son consensuadas entre la presidencia y el cuerpo técnico, como Ancelotti se ha encargado de subrayar, el crédito del italiano entre los jugadores tiene que haber sufrido una merma sustancial. Sobre todo después de lo ocurrido en Anoeta, donde los primeros en comprobar las nuevas carencias del equipo fueron gente como Casillas, Pepe y Ramos, que no dejaron de quejarse sobre el campo de la falta de colaboración en tareas defensivas de los de medio campo hacia adelante, personalizando en James e Isco, los encargados de ayudar a Carvajal y Marcelo, y en Kroos, cuya actuación por delante de la defensa puso de relieve que la baja de Alonso no va a resultar nada fácil de cubrir.

Pero Casillas y Pepe incidieron al término del partido en la falta de actitud como causa principal del desastre, mientras que Ramos no quiso apuntar en esa dirección. “No ha faltado actitud. Hay que saber manejar mejor los partidos y saber cuándo hay que matarlos. Hemos pecado de noveles y esperemos que no vuelva a ocurrir”, señaló. Ninguno de los tres, sin embargo, se lanzó a señalar la inexplicable iniciativa de desarmar lo que por fin funcionaba. Eso fue cosa ayer de Ronaldo.

LA AMENAZA DE CARLETTO // Ahora falta ver en qué quedan las amenazas de Ancelotti. “Algo tiene que cambiar y va a cambiar”, afirmó en Anoeta. Es seguro es que el último refuerzo, Chicharito Hernández, presentado ayer en el Bernabéu, estará sentado en el banquillo en el derbi del día 13 contra el Atlético. Falcao lo verá en Manchester. H