Sufriendo, con tres goles en la prórroga, gracias a un Cristiano Ronaldo determinante y alguna que otra decisión arbitral polémica. Así eliminó el Real Madrid al Bayern, que neutralizó el 1-2 de Múnich, pero que se desplomó en el tiempo extra, ya con 10 y víctima de un gol, el 2-2, anotado por el portugués, que firmó un hat-trick, en fuera de juego. Son siete años seguidos de los blancos sin faltar en las semis.

El Bernabéu vivió un partido electrizante, de ida y vuelta, con un Bayern temerario, consciente de que le hacían falta dos tantos para pasar. Con todo, el intercambio de golpes de la primera parte no tuvo traducción alguna en el primer tiempo, que terminó tal y como empezó.

Los alemanes se encontraron con el penalti de Casemiro a Robben -sostuvo a su equipo, junto a Nauer bajo palos-, que Lewandowski transformó (min. 53). Crecía el Bayern y aguantaba el Madrid, que se aferró a CR7, que igualó a un cuarto de hora del final. Y sin tiempo para digerirlo, un autogol de Ramos encaminó la eliminatoria a la prórroga, que el Bayern disputó en inferioridad numérica: Vidal, que no se cansó de hacer faltas en toda la noche, vio la segunda amarilla... en una acción que no era punible.

El Bayern se apagó. Ancelotti quitó a Lewandowski y los muniqueses empezaron a ver cada vez más lejos a Navas, aunque, por momentos, contuvieron a los blancos, que no terminaban de aprovechar la expulsión del volcánico futbolista chileno.

Justo cuando se extinguía el primer acto del tiempo extra, Ronaldo, en posición antirreglamentaria, empataba el duelo y ponía por delante a los suyos en el cómputo de la eliminatoria.

TIRA LA TOALLA // El Bayern bajó los brazos, golpeado por tanta adversidad. Ya no se levantó. Marcelo se sacó de la chistera un acción espectacular, remachada a puerta vacía por Cristiano, lo que acababa, esta vez sí, con cualquier tipo de suspense. Asensio, a quien Zidane había recurrido cuando todo aún estaba en al aire (junto a Lucas Vázquez), no quiso ser menos y, en una jugada repleta de calidad y desborde, selló la resolución de un cruce que el Madrid debió solventar mucho antes (incluso pudo hacerlo en Múnich), pero que se le complicó.