Empate en Castalia frente al Cullera… y puede dar las gracias (2-2). Dos acciones a balón parado rescataron un punto para un Castellón que, con los buenos, los que han llegado bajo el paraguas del dinero de Aerocas, sigue con el rumbo perdido, después del fantástico arranque liguero: solo un punto en tres jornadas.

Como estaba cantado, Joan Esteva puso a los seis nuevos por vez primera en la temporada. El resultado no fue nada satisfactorio. Este Castellón ha bajado su intensidad y, frente a equipos hipermotivados (como lo son el 100% de sus rivales), la calidad que atesora se ve neutralizada y hasta superada. ¿Oído, cocina?

El Cullera hurgó en la herida abierta por el Acero y ensanchada por el Requena. Posicionamiento perfecto, sacrificio máximo y rapidez para pillar desprevenido a un conjunto al que le cuesta horrores girarse y defender. Fútbol simple pero eficaz. Los rojiblancos tardaron un cuarto de hora en visitar a Campos, que no vivió un día fácil en su debut liguero. Abel castigó a un Castellón perezoso a la hora de replegarse con el 0-1 (min. 36), pero el peligro siempre merodeó la portería local.

Sin embargo, el balón parado volvió a evitar males mayores: Omar parcheó su deficiente partido a nivel defensivo poniendo la pelota en la cabeza de Guille Vázquez que, tres minutos después, devolvió la paridad al electrónico. Pero, el Cullera, ni por esas, dejó de intentarlo. El descanso llegó... y lo mejor, por inesperado que pudiera parecer, era el 1-1, lo más positivo para los orelluts.

El Castellón elevó sus prestaciones en el arranque de la segunda parte, con un Rubén Suárez con más participación. El cuadro valenciano dejó de llegar, lo cual no fue óbice para que de nuevo pillaran desprevenidos a los locales por la banda derecha. Manu hizo el 1-2, a 11 minutos del final.

A los albinegros, donde no les alcanza el fútbol ni la justicia del árbitro (se tragó un par de penaltis en el área visitante), tienen la estrategia. Rubén Suárez demostró una de las motivos de su fichaje para, como mal menor, anotar el 2-2 (min. 86), un tanto con claros efectos analgésicos, pero que no esconde que el Castellón y Esteva están en un atolladero del que les urge salir inmediatamente. H