Nadie quiere el papel de favorito. Evidentemente no lo acepta el Villarreal, consciente de que se enfrenta a todo un aspirante al Scudetto en la Serie A italiana. Y también rehuye esa etiqueta una Roma a la que tampoco le ha hecho gracia cruzarse con el equipo amarillo a las primeras de cambio. «Me hubiera gustado jugar con el Villarreal más adelante», reconoce Spalletti, el capo del equipo italiano, que seguramente a estas alturas ya estará al tanto de las estadísticas impolutas de los amarillos ante clubs italianos: seis de seis de efectividad en eliminatorias.

Unos números de los que también es conocedor Fran Escribá, aunque el técnico amarillo es tajante al respecto: «Es una estadística que, ahora mismo, no sirve». Escribá quiso revalorizar ayer a su equipo, al que en ningún caso ve inferior a su rival. «Si lo damos todo, podemos ganar a cualquiera. Esa es la lección que debemos aprender», apuntó tras el últimos entrenamiento del equipo en un Estadio de la Cerámica que no fallará al Submarino en una cita tan importante como la de esta noche: «A la afición no hay que pedirle; hay que darle. Sabemos que la gente estará con nosotros en todo momento».

Más o menos, un ambiente como el que espera Spalletti, pero por supuesto en contra de los suyos. «Sabemos que, en este estadio, la gente está muy cerca del césped, lo que favorece estar al lado de su equipo», comenta el preparador transalpino, que solo pide una cosa a sus jugadores: dar la cara. «Este es uno de esos partidos en los que no se puede esconder nadie. Vamos a jugar contra un gran equipo, con mucha calidad en su plantilla y, además, con mucha experiencia en Europa», como demuestra su habitual presencia en los torneos continentales, solo frenada en los últimos años por el descenso y la campaña del posterior regreso a Primera.

Las armas de cada equipo

El ambiente en el Estadio de la Cerámica puede ser un pequeño factor favorable para los amarillos, pero tanto Escribá como Spalletti saben que serán los argumentos puramente futbolísticos los que pueden decantar la eliminatoria.

Para el míster del Villarreal la clave estará «en ser nosotros mismos». «Tenemos que seguir defendiendo bien y buscar la portería rival sin precipitación. No nos podemos volver locos porque quedará un partido de vuelta». Luciano Spalletti, por su parte, teme el «juego corto» de su rival y «el peligro de la rapidez de su contragolpe».