El deporte provincial había vivido hasta la fecha dos grandes hitos para la historia: la medalla de oro en los JJOO de Barcelona 1992 del vinarocense Pepote Ballester, en vela, y la de plata de Pablo Herrera en los JJOO de Atenas 2004, en voley playa. Junto a ello, añadiría la Copa de Europa del Playas de Castellón de atletismo, así como su infinidad de títulos, y la Copas de Europa y ligas de fútbol sala del Playas de Castellón, ahora de nuevo Bisontes.

Pero, y que me perdonen todos los mencionados anteriormente y a los muchos que consideren que me ha dejado, sin lugar a dudas, la mayor gesta del deporte castellonense en toda su historia la protagonizó hace ocho días Sergio García al ganar el Masters de Augusta, uno de los torneos que conforman el Grand Slam de golf.

Puede gustar más o menos el golf, que personalmente me parece un deporte brillante y de dificultad milimétrica, pero lo que es incuestionable es que se trata de un logro de magnitudes equiparables a cuando un club de fútbol conquista la Champions, a lograr el Mundial de Fórmula Uno o, como ha hecho infinidad de veces su amigo Rafa Nadal, ganar torneos del Grand Slam en tenis.

Solo Severiano Ballesteros y Chema Olazábal se habían enfundado la Chaqueta Verde hasta la fecha. Sergio lo había buscado, sin suerte, e incluso estuvo muy cerca de ganar otro Major, el British Open. El Genio de la Coma lo merecía y ya es, por méritos propios, el mejor deportista castellonense de todos los tiempos.