La ya tradicional silla eléctrica de Castalia sigue cobrándose víctimas. Un banquillo de los más inestables del fútbol español cuya máquina de triturar entrenadores, desde que David Cruz está a los mandos, ha recrudecido su virulencia. Interinos aparte, Manu Calleja es el noveno entrenador desde que, en verano del 2012, el barcelonés se hiciese con las riendas del club. Lo curioso es que ni los resultados son capaces de salvar ya a sus inquilinos: Kiko Ramírez se despidió en verano a las puertas de un hotel tras haberse quedado a un penalti de subir y Frank Castelló lo hizo el lunes, en un bar, tras 16 jornadas sin perder y la remontada hasta la segunda posición.

Tampoco le valió al primero de todos ellos, Pedro Fernández Cuesta, coger a un equipo muy joven pero de la casa y llevarlo hasta los play-off, cayendo de pie en la primera eliminatoria. Sus 42 encuentros, al menos, le permiten presumir de ser el único entrenador que ha empezado y ha acabado un mismo ejercicio desde Pepe Moré (2006/07).

MENUDO AÑO // La 2013/14 fue la de los cinco entrenadores, aunque con matices. La apuesta por Jorge Peris no salió bien y fue destituido en la octava jornada, justo en la víspera de antes de un encuentro (Cruz empezaba con sus peculiar elección de los día para cargarse técnicos). Ximet estuvo al frente del Castellón en ese compromiso antes de ceder el testigo a Pepe Soler, despedido el día de Reyes al cabo de 11 jornadas. Cruz volvió a promocionar a un entrenador de la base (Juan Carlos Ortiz subía del B), pero la derrota en La Llosa de Ranes convirtió en efímero su paso por el banquillo. Ramón Moya (19 partidos) enderezó el ritmo y, aunque con muchos apuros, terminó firmando una salvación cardíaca.

Joan Esteva acrecentó la maldición del otoño (entrenadores que, ni de lejos, llegaban a comerse los turrones). Diez encuentros duró la aventura del catalán, cediendo el mando a Ramón María Calderé previo paso del testigo a Moya (solo estuvo un partido). El volcánico preparador tarraconense tiene el honor de ser el que más tiempo ha durado: 43 partidos, repartidos en dos ejercicios).

Clasificó al Castellón como líder de grupo tras el subcampeonato nacional de la Copa RFEF, pero perdió el crédito en una pésima gestión en las dos eliminatorias que perdieron los albinegros. Con todo, pese a que su figura estaba muy erosionada, Cruz, contra pronóstico, le aguantó, pero tuvo que echarle a la 10ª jornada de la siguiente campaña, permitiendo la incorporación de Kiko Ramírez. Dejó su sello en 34 encuentros y esa eliminación en los penaltis, después de no perder en las tres rondas. Esta vez, Cruz volvió a sorprender (y cabrear) a la afición ofreciéndole una renovación envenenada... Y la historia de Frank Castelló es tan reciente y está tan marcada a fuego que no hace falta ser recordada...