Som, som, som, de Primera Divisió. El Villarreal ha vuelto a la categoría que nunca debiera haber abandonado. Aún cuesta asimilarlo, pero se ha logrado. El triunfo ante el Almería puso la guinda a un ascenso que fue celebrado en el Madrigal como si de un título se tratara. Y lo que queda...

Antes y durante el partido había nervios porque el objetivo se rozaba con las yemas y era mucho lo que estaba en juego, el destino no podía ser de nuevo cruel con el Villarreal. Ahora todo el mundo habrá anticipado el ascenso, pero lo cierto es que ha costado, y mucho. Al margen del éxtasis de júbilo por el ascenso, el Madrigal se quitó ayer de un plumazo todos los fantasmas que le han perseguido desde aquel fatídico día en el que se perdió la categoría.

CUATRO PATAS del éxito // Esta temporada, el punto de inflexión hacia el ascenso lo marcó la llegada de Marcelino, uno de los héroes del regreso a Primera. Pero hay que subrayar el papel tenaz del presidente Fernando Roig, principal artífice del milagro Villarreal, del consejero delegado Fernando Roig Negueroles, José Manuel Llaneza, y de unos jugadores que han firmado unos números de récord en esta segunda vuelta. Y, por supuesto, la afición. Esos miles de groguets que han acompañado al equipo una jornada sí y otra también, levantándole en algún momento de incertidumbre. Ayer tampoco fallaron. 23.000 amarillos sufrieron, disfrutaron, saltaron, rugieron y explotaron de júbilo. Son los cuatro pilares en los que se sustenta el Villarreal, las cuatro patas que han protagonizado este éxito para la historia.

Cuando se consumó el ascenso, se desató la fiesta. Fue imposible frenar una avalancha inicial de aficionados, pero, cuando todos volvieron a su localidad, los campeones tuvieron su más que merecido momento de gloria.

Todos y cada uno de los futbolistas fueron ovacionados por 23.000 seguidores entregados a la causa. Especialmente emotiva fue la salida del túnel de vestuarios de Marcos Senna, una leyenda viva de este club. Hasta Javier Aquino felicitó a sus compañeros desde el videomarcador y concluyó su parlamento con un contundente: “Nos vemos en Primera”.

Por su parte, Cani, con su gracejo habitual, confesó que “no vamos a decir lo que haremos esta noche, pero lo celebraremos como toca”. Bruno también recibió una gran ovación. El de Artana se ha convertido por méritos propios en un ídolo, un emblema. Por no hablar de Marcelino, un hombre que parece destinado a escribir muchas páginas doradas en el libro del Submarino.

Especialmente emotivo fue el manteo al presidente Fernando Roig, que fue bañado en champán por sus jugadores.

Tras esta celebración, los artífices del ascenso cenaron en el restaurante Entrelíneas del Madrigal. Para hoy, más fiesta. H