“No os preocupéis por el Tottenham. Aquello de que lo importante es participar se inventó para consolarles a ellos. Tienen nombre, historia, pero son un club que mastica más que muerde”.

El entrecomillado es de Gill, el director de la escuela en la que paso las mañanas intentando mejorar mi inglés. Es como si me hablara del Barça de mi infancia. La versión britànica del “aquest any, sí” que inevitablemente mutaba a “aquest any tampoc”. Claro que su opinión quizás no deba impresionarnos. Es del Arsenal, el otro gran equipo del norte de Londres, así que sus afirmaciones puede que sean demasiado tajantes.

Aunque sí es cierto que, con aquello que puede medirse al milímetro -los títulos-, el Tottenham, fundado en 1882, anda justo, muy, muy justito en relación a la fama que atesora.

La leyenda que todo guía turístico explica para hacerse el interesante es que que en el origen del Tottenham hay un valeroso caballero, llamado Harry Hotspur, que destacó en las guerras contra los escoceses. El señor en cuestión apareció convertido en uno de los personajes de la obra 'Enrique IV' de Shakespeare y de ahí pasó mucho tiempo después y convenientemente recortado como Spurs a acompañar el nombre del Tottenham. 'Se non e vero e ben trovato'. Cada uno se engaña como quiere.

ESPECULADOR FINANCIERO

El club ha pasado del valor y el código de honor de ese mito medieval a estar en manos de un adorador del dinero. El dueño de los Spurs es Joe Lewis, el doceavo hombre más rico del Reino Unido que, aun viviendo en las Bahamas, se pasea de cuando en cuando por el Támesis con su yate que, para que quede claro quien es el rey, tiene una pista de tenis en una de las cubiertas.

Aquí también, cómo no, hay una leyenda que contar. Y es que se da por bueno que Joe Lewis nació encima de un pub, dejó los estudios en la adolescencia y que todo lo que tiene lo ha conseguido a pico y pala. El pico y la pala del especulador financiero. Si vienen al Reino Unido sepan que probablemente acabarán dejándole dinero en el bolsillo por pura estadística. En algun momento comerán o beberán en uno de los 1800 pubs de los que es propietario como accionista principal de Mitchells & Butler.

El inicio de temporada está siendo dulce para el Tottenham en lo deportivo. Pochettino ha sido nominado como candidato a entrenador del mes y su equipo juega razonablemente bien, sin que se puedan tirar cohetes, y sin un solo fichaje de por medio.

SIN FECHA PARA EL NUEVO ESTADIO

Algunos de los más prestigiosos comentaristas futbolísticos de Inglaterra coincidieron en decir, después del United 0 - Spurs 3, que Pochettino es mucho mejor entrenador que Mourinho. Conociendo a ambos eran previsibles sus reacciones. El argentino humilde en el tono y en el discurso quiere que su equipo juegue mejor y se sacude cualquier protagonismo. Mourinho, por contra, salió a decir que él es uno de los mejores si no el menor entrenador del mundo y se permitió aleccionar a los periodistas sobre filosofía y hegelismo. Llegados a este punto uno cree haberlo visto todo y resulta que no, que siempre hay más.

El problema del Tottenham son los retrasos del nuevo estadio. Esta semana sus fans han dicho que no acudirán al próximo partido de Copa porque se jugará fuera de Londres. Wembley, que acoge a los Spurs desde el derribo de su antigua casa, White Hart Lane, está ocupado por un combate de boxeo. Pochettino salió a templar gaitas pero lo cierto es que sigue sin existir fecha para el estreno del estadio. Lo que sí se sabe es el precio que hay que pagar para escoger el nombre: 200 millones de libras. Ya sabe, si le hace ilusion que un estadio se llame como usted, ahora tiene una oportunidad.