El baloncesto es caprichoso y muchas veces indescifrable. Un claro ejemplo ocurrió anoche en la impresionante victoria del TAU sobre el Quesos Cerrato. Venía de perder cuatro partidos seguidos, se enfrentaba al segundo clasificado, tenía lesionado a un hombre importantísimo como Arévalo... Muchos factores en contra para los de Toni Ten, pero el TAU se sacó de la manga un partidazo para dar la campanada de la jornada. Un partido que parecía perdido al término del primer cuarto y al que llegaron los locales con una clara desventaja en el último periodo, pero a base de convicción se pudo saldar con un triunfo.

El que mejor empezó fue el reciente fichaje del TAU, Deividas Busma, autor de 14 de los primeros 16 puntos locales. Por desgracia, la inspiración del lituano no era suficiente, ya que en el bando palentino todo su quinteto inicial anotaba y se llegó en poco tiempo a un preocupante 12-20. Los de Ten despertaron tras la pausa. Su defensa fue más agresiva y fueron más duro al rebote para igualar al máximo (43-45) el marcador.

En el tercer cuarto, los castellanos cogieron una renta de 10 puntos, pero por suerte despertó el perímetro castellonense, hasta entonces desacertado. Faner dio ritmo, mientras que Cooper y Busma continuaban con su buen tono. A pesar de lo bien que hacían las cosas los locales, el Palencia aprovechó una serie de ataques infructuosos del TAU para irse otra vez por encima de los 10 puntos de renta (73-86, en el minuto 33). Pero, a partir de ahí, apareció la magia.

Defensa y triples despertaron al Ciutat, que se convirtió en una olla a presión. Con 95-90, al TAU aún le quedaba sufrimiento. A un minuto del final, el Palencia metió tiro libre y triple (95-94). La última posesión, con poco más de 20 segundos, fue para el TAU... y esta vez no falló. Busma rubricó su gran partido recibiendo una falta a seis segundos, de la que anotó un tiro libre... Más que suficiente. H