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@josellizarraga

Fernando Roig cumple 20 años en el Villarreal en mayo y yo 20 en octubre como contador de historias, informador o no sé como llamarlo, pero lo resumiré en miembro de la familia de Mediterráneo. He visto crecer este proyecto del Villarreal año a año. Disgustos, alegrías, buenos y malos momentos... pero puedo decir en voz alta que Fernando Roig es una de las personas que más respeto personal y profesionalmente.

Detrás de su apariencia de hombretón, y ese vozarrón, se esconde una gran timidez, que a veces da lugar a una interpretacion errónea de su carácter sensible y cercano. Sencillo y defensor a muerte de sus amigos y familia.

El Villarreal es hoy un proyecto de autor, que ha logrado una dimensión inimaginable hace 20 años cuando decidió comprar el club a Font de Mora.

Cuando escribo estas líneas me vienen tantos y tantos recuerdos a la cabeza que tendría que escribir un libro de mil páginas para detallarlos todos.

El Villarreal es una familia. Puedo dar fe de ello. En ella el padre es quien más trabaja. Tiene 69 años y desprende vitalidad y fuerza que contagian.

Roig no es perfecto y no quiero hacer aquí un alegato para vender su figura, entre otras cosas porque ni le hace falta a él ni tampoco a mí.

En este tiempo seguro que ha cometido más errores de los que a él le hubiera gustado, y menos de los que la gente cree. Solo se equivoca quien toma decisiones y él toma muchas, con esa ambición para llevar adelante su Villarreal.

Ha arriesgado su patrimonio, a disgusto de otro hombre inteligente y honesto como Miguel Pérez, quien siempre está ahí para aconsejarle y decirle lo que no quiere oír el presidente.

El Villarreal es hoy un clásico de la zona noble de la Liga y habitual en Europa. Ya no depende del mecenazgo y sí de la buena gestión de Negueroles. Tiene dos ciudades deportivas, el estadio de la Cerámica que es, y aun lo será más, una joyita, casi 20.000 abonados y es el principal patrocinador de los clubs de élite de voley, baloncesto, fútbol sala... de Castellón.

Fernando Roig da empleo, con el grupo Pamesa, a casi 1.600 hombres y mujeres de esta provincia. Por ello cuando pongo en la balanza de los pros y los contras, no me queda más remedio que perdonarle los errores que haya podido cometer en la gestión del Villarreal.

Hace ya 20 años y lo recuerdo con nostalgia. Hasta las veces que me he enfadado con la Santísima Trinidad (Roig padre e hijo y el espíritu santo Llaneza). De ellos he aprendido su capacidad de trabajo que han mamado profesionales increíbles como Federico Alcácer, Hernán Sanz, José Javier Jiménez, Cristina Daudén, Juan Antón, Carlos Bauset... y tantos y tantos otros.

Siempre recordaré su gesto de rabia aquel día que bajó al campo contra el Celta, sus ojos llorosos en aquel descenso contra el Atlético, lo jodidos que estábamos aquella noche de Liverpool y cuando me contaba, con pesar, la destitución de Marcelino.

No voy a decir que Fernando Roig es mi amigo, porque eso es un termino supremo que uno no debe emplear con ligereza. Pero sí un hombre al que aprecio y respeto. Siempre se aprende con él. Y espero hacerle otra entrevista dentro de 20 años para celebrar 40 años como groguet. Confío en continuar viéndole enfadado y alegre cuando pierde o gana cualquier equipo del Villarreal. Nadie le ha regalado nada, se lo ha ganado a pulso con su trabajo. Él sí le ha regalado mucho a la gente. Y no solo a la del Villarreal.