En Sevilla se dejó media Liga la pasada campaña y en Sevilla ha reconquistado aquella mitad que perdió para asegurar la de esta temporada. El Barça sin respuestas al que le escamotaron un gol clarísimo para ganar hace exactamente un año fue un Barça al que le sobraron goles en el regreso para aniquilar al Betis. Igual que ya le sobran puntos.

Ha sido en la misma jornada 20 del último campeonato y el cambio ha sido radical. También del Betis, que quiso jugar de tú a tú y pagó la osadía en cuanto perdió la concentración. La metamorfosis se gestó en diez minutos de locura en los que el Barça anotó tres goles en tres ataques. La goleada resultó definitiva para meterse la Liga en el bote al coincidir el tropiezo del Atlético, a 11 puntos de distancia y el del Valencia (a 14), dejando en nada el festival del Madrid con el Depor.

Mayor enemigo se antoja la mala racha de lesiones. Salía Umtiti de la enfermería y entraba en ella Thomas Vermaelen, deshaciendo el simbólico cambio que se produjo entre ambos a finales de noviembre, cuando se rompió el francés y propició la salida del belga del fondo del armario. Solo Vermaelen ha disputado los últimos 13 partidos consecutivos y su cuerpo dijo basta ante la frenética actividad que no había registrado en el último lustro.

FUERZA FÍSICA // El Betis fue ejecutado de la misma manera que la mayoría de los rivales que han perecido por el camino: en una segunda parte demoledora de los azulgranas que, por ahora, no ha generado ningún sesudo tratado sobre su capacidad física, el argumento habitual cuando un equipo se impone en el tramo final.

Quique Setién es un devoto cruyffista y la pretensión de convertir el Betis en algo parecido al Barça se estrelló con la falta de tradición: no ha completado ocho meses en el Villamarín y el Barça va a la misma escuela desde hace 30 años. El técnico verdiblanco solo cambió el dibujo y ordenó una defensa de hombre contra hombre para dificultar la construcción azulgrana. Lo que en otros tiempos habría sido un regalo, ayer fue un impedimento adicional para un Barça que ha perdido virtuosismo y desequilibrio. Solo Messi figuraba en esa categoría, ausentes Iniesta y Dembélé y pendiente de debutar Coutinho.

TAQUICARDIA // El toma y daca se concentró en la franja meridional. Fue un partido de centrocampistas más que de delanteros, con defensas vigilando al borde de la taquicardia. A Messi solo le ayudó Sergi Roberto para romper en profundidad. Rakitic corrió con su sevillismo para anotar el 0-1 y a partir de entonces, abierto el marcador, el Barça abrió en canal al Betis y cerró la Liga con otra goleada.