La gran transformación sufrida por el Villarreal desde el final de la pasada temporada ha cambiado de forma notable los roles en un vestuario renovado en un alto porcentaje. Mientras en algunas parcelas los referentes siguen siendo los mismos --siguen Senna y Bruno en el centro del campo y Rossi en el ataque--, en la defensa es donde se ha producido una mayor revolución con las salidas de gente como Gonzalo Rodríguez o Marchena. A falta de que el sueco Mellberg (34 años), recién llegado, se asiente en el club, Mateo Musacchio ha dado un paso adelante como nuevo jefe de la zaga amarilla. Todo un veterano con tan solo 21 años.

Pero en casos como el del central argentino, la edad no es un hándicap. No lo es para un futbolista que ostenta el récord de precocidad en la liga argentina --debutó a los 15 años con los mayores del River Plate-- y que antes de cumplir los 20 ya estaba jugando en Primera con el Submarino. Ahora, todavía en edad sub-21, es uno de los líderes de este nuevo Villarreal en el que comparte vestuario con uno de sus ídolos de niñez: Cavenaghi. “Me quedé muy sorprendido con su llegada, porque es un jugador al que iba a ver cuando yo estaba en las inferiores del River. Allí es uno de los ídolos, y más después de lograr el ascenso. Aportará la calidad que ha demostrado durante toda su carrera. Allá donde estuvo siempre fue un goleador”, comentaba ayer en los micrófonos de Ràdio Nou Musacchio sobre su compatriota, uno de los dos últimos fichajes del club.

la ’doble m’ // El otro, el de Olof Mellberg, tiene menos carga emocional para el central argentino, pero le afecta más. No en vano será su pareja defensiva durante toda la temporada. La compenetración entre ambos será fundamental y, por lo que parece, el idioma no será una traba en este inicio de Liga. “Hay que ver lo bien que habla el español”, destaca Musacchio, además del oficio del internacional sueco. “Es importante esa dosis de experiencia que nos aportará, como antes hicieron Gonzalo o Marchena, gente que con unas pocas palabras te simplifican mucho la tarea”, apunta.

La presencia del sueco mañana en esa doble M (Musacchio-Mellberg) que se perfila en el centro de la defensa amarilla --”aunque eso lo debe decidir el míster”, puntualiza-- es todavía una incógnita. “Hay muchas ganas de comenzar ya”, resalta el argentino, que pase lo que pase ante el Castilla sabe que en esta categoría no valen los planes a largo plazo: “Siempre hay que concentrarse en el partido inmediato. Esto es muy largo”. Musacchio está a 24 horas de volver al punto de partida de su llegada a España, la 2ªA, aunque su percepción no es la misma que la de aquel chaval de 18 años que se enroló en el filial. Ahora tiene constancia de que está “en un club de Primera, aunque por circunstancias se vea en Segunda”, y las lógicas dudas de quien abandona su país a tan temprana edad para hacerse un nombre en Europa han dado paso a la valentía de quien no teme la dificultad --campos en malas condiciones, rivales encerrados...-- que está por venir: “Cuando llegue el momento, veremos si es complicado o no”. H