Cinco jornadas por delante, ocho puntos de margen y un solo rival capaz de impedir la entrada de los amarillos en Europa la próxima temporada. Así ha quedado la situación del Villarreal tras el agónico triunfo de los de Marcelino ante el Levante, que deja magníficamente encarrilada la plaza de Europa League y todavía abiertas las pocas opciones de alcanzar una cuarta plaza para la que, además de los tropiezos del Athletic, el Submarino -sexto tras el pinchazo de la Real Sociedad--, necesita que también el Sevilla falle en el esprint final.

Los amarillos han ido eliminando rivales en las últimas semanas y únicamente el vecino Valencia aparece a una distancia que, si no preocupante, todavía le da opciones de pelear por entrar en competiciones continentales por la vía de la Liga, sin tener que esperar a lo que suceda en una Europa League en la que solo el título le daría el billete para repetir en el torneo. Precisamente, la continuidad de los de Pizzi en la segunda competición europea es uno de los puntos a favor para el Villarreal en esta pugna con el Valencia, desigual, cierto, porque los amarillos aún podrían permitirse el lujo de ceder dos derrotas más que los ché en las últimas jornadas gracias a los ocho puntos de renta, a los que se suma el goal average favorable a los del Madrigal.

Los de Mestalla, aunque no lo reflejan de manera pública, parecen haber resuelto ya internamente el orden de sus preferencias y apuestan por la vía más fácil de repetir en Europa: el título de Europa League. Sus encuentros decisivos --las semifinales ante el Sevilla y la hipotética final ante Juventus o Benfica-- anteceden a partidos clave en la Liga: los duelos ante los andaluces se dirimirán tres días antes de sus dos citas ante primero y segundo de la Liga, Atlético y Madrid, mientras que de llegar al encuentro decisivo de Turín, este se disputaría con pocos días de margen para recuperar de cara a la última jornada del torneo doméstico.

LAS ÚLTIMAS JORNADAS // El calendario, en principio, no beneficia ni a Villarreal ni a Valencia. Ambos disputarán solo dos de sus últimos encuentros ante sus aficionados, aunque quizá la exigencia de los partidos que le restan a los de Marcelino sea menor que los que tiene pendientes el conjunto valencianista. Si el Submarino todavía tiene que ver pasar por el Madrigal al Barcelona --venido a menos en los últimos días--, el Valencia podría decir adiós a sus aspiraciones en solo tres semanas: tras la próxima visita al Osasuna, los dos grandes candidatos al título, Atlético y Real Madrid, pueden acabar definitivamente el trabajo de resituar al Villarreal en el mapa europeo. H