Meterá Sánchez Arminio a Delgado Ferreiro en la nevera? Si hace una semana se castigó a Muñiz por un grave error al señalar un penalti inexistente, anoche el colegiado vasco se ganó a pulso ser puesto en el congelador arbitral después de tragarse dos penaltis y perdonar escandalosamente la cartulina segunda amarilla al local Chica. Para colmo, acabó expulsando del banquillo a Marcelino en un ataque de valentía que no había tenido antes. Demasiados elementos en contra para un Villarreal que no estuvo bien en la primera parte del partido, pero que acabó encerrando al Betis y haciendo méritos para lograr como mínimo el empate en el Benito Villamarín. La primera derrota cayó en Sevilla, pero el Submarino siguió demostrando que es un equipo correoso y difícil de batir.

El Betis, a diferencia que el Celta 15 días atrás, planteó el partido de tú a tú al Villarreal. Pepe Mel apiló talento en un centro del campo muy creativo con futbolistas como Matilla o Verdú, que lograron tener más el control del juego que los amarillos. La misma idea de Marcelino que introdujo seis variaciones respecto al partido del jueves ante el Espanyol y rescató a hombres claves como Aquino o Manu Trigueros, además del debut en Primera División del esloveno Jokic. En ataque, renovación absoluta con Uche y Jonathan Pereira. Los primeros zarpazos los pegó el Villarreal, pero el portero argentino del conjunto andaluz Sara se encargó de desbaratarlos a sendos disparos de Mario e Ike Uche.

El Betis mostró criterio para mover la pelota ante un Villarreal que no exhibió la intensidad de otros partidos y al que le costó más de la cuenta robar el balón. Los verdiblancos hicieron sufrir más que ningún otro equipo hasta la fecha a un Submarino que estuvo demasiado a remolque. Chica y Jorge Molina probaron a un Sergio Asenjo no habituado hasta ayer a tanto trabajo. Sin embargo, el Villarreal se agarraba a la calidad individual de sus hombres más en forma, como Jonathan Pereira, quien la armó cada vez que ponía el pie en el área, aunque Sara lució las alas de ángel de la guarda para el Betis en varias ocasiones.

PRIMER PENALTI // Una jugada fue clave para el transcurso del partido. Delgado Ferreiro decidió por libre que los empujones en el área no son castigados con penalti. Una modificación al reglamento que se sacó de la manga después de que Lolo Reyes se desentendiera del balón y desplazara a Cani, que había hecho diabluras con el balón en una exhibición de un talento especial. El árbitro vasco no quiso señalar máximo castigo en una acción que le haría merecedor de estar una temporada en el congelador más que en la nevera de comité arbitral. Y en la jugada siguiente llegó el 1-0 materializado por el nigeriano Nosa, después de varios rechaces.

Error arbitral al margen, el Villarreal no lució las cualidades de otras jornadas, pero lo cierto es que las ocasiones de gol se repartieron equitativamente.

Marcelino reactivó al Submarino con las salidas de Tomás Pina por Manu Trigueros, anoche muy apagado, y de Giovani dos Santos por un Jonathan Pereira muy activo, pero peleado con el gol. La mejoría fue notoria y el Villarreal recuperó la chispa y el mando del partido, que cambió de color. Los amarillos apretaron y fueron a por el empate.

aún MÁS fallos // Delgado Ferreiro perjudicó de nuevo a los amarillos al perdonar la segunda amarilla a Chica por un derribo a Gio, frenando un contragolpe. Nuevo error clave del colegiado en contra de un Villarreal que ya jugaba contrarreloj. Y para colmo, en plena presión de los hombres de Marcelino, el árbitro vasco también se hizo el sueco al no ver otro penalti de libro a Aquino. Sólo fue valiente para expulsar a Marcelino, quien perdió los nervios ante la tomadura de pelo del colegiado. Al Villarreal le robaron la cartera en Sevilla. H