De manera oficial, el Castellón comunicaba, pocos minutos después de las cuatro y media de la tarde de ayer, la desvinculación de Rubén Suárez. Así se pone fin a la singladura en albinegro del asturiano, después de un año y ocho días exactos enrolado bajo su disciplina, aunque Ramón María Calderé ya tenía el final escrito desde el partido en Alzira, en la última aparición del gijonés como orellut. De poco le ha servido su destacado currículo ni tampoco el recuerdo de la brillantísima temporada pasada para sobrevivir a un Castellón convertido, desde hace un lustro, en una trituradora de entrenadores, técnicos... y aficionados.

Rubén Suárez sigue los pasos, un par de semanas después, de Javi Selvas, otro futbolista que, en su rol, ha pasado de titular indiscutible a completamente prescindible para el técnico (y el club, por añadidura). Dos jugadores que, el 24 de julio, eran designados como líderes y portavoces del vestuario en calidad de capitanes, junto a Guille Vázquez y Álvaro Campos. El asturiano, como su antecesor en la puerta de salida de Castalia, se marcha sin arrojar luz sobre ese grave asunto que ha desembocado en una fulgurante despedida, sin casi dar su particular punto de vista, en una rueda de prensa abierta, sobre esa “indisciplina” apenas punteada por Calderé (tanto en su comparecencia del viernes como en la del domingo, a la conclusión del derbi con el Villarreal C), que ha multiplicado los efectos devastadores del 4-0 en Borriol y las seis jornadas sin ganar del Castellón, que le ha conducido a, ironías del destino, a la peligrosa tesitura de hace ahora un año, cuando el volcánico entrenador de Vila-rodona tomó el testigo de Joan Esteva.

SUSTITUTOS // El caso es que el vestuario asiste a su habitual revolución/renovación de finales de verano y principios de otoño. Se van dos futbolistas contrastados, veteranos, con muchas horas de vuelo en categorías superiores (incluso en Primera), curtidos en mil y una situaciones..., pero ahora hay que buscarles sustituto.

Calderé ya lo ha hecho al menos para cubrir las eventuales vacantes que dejan. ¿Que pierde un central? Pues confía en otro, Álvaro Gómez, a quien ha convertido en indiscutible (ha jugado seis de los ocho compromisos ligueros). Sin Rubén, otro mediapunta ocupa su puesto: Gerard Hernando, que ya ha debutado en Tercera.

DAR UN PASO AL FRENTE // Con todo, debido a su juventud (19 años los dos), son otros los encargados de dar un paso al frente y adoptar un rol similar al de los dos capitanes que se quedan en tierra, que no están enrolados en el nuevo intento por llevar la nave albinegra a Segunda B. El vestuario todavía no ha escogido a los nuevos portadores del brazalete, aunque candidatos no faltan.

Uno de ellos es Jordi Marenyà, que ya conoce lo que es esta experiencia. Lo hizo hace tres temporadas, cuando apenas contaba con 21 años; ahora, más maduro, puede volver a ser capitán.

Charly Meseguer es otro de los futbolistas con los que Calderé ha mantenido una peculiar relación en el último año, pero los elogios recibidos tras el partido ante el Atlético Saguntino le ha convertido en otro integrante de la guardia pretoriana del tarraconense. Guarda más de un punto en común con Marenyà, así que... Eso sin olvidar a los Juanra Cabrero, Gaizka Saizar, Marc Castells... H