El Villarreal presentó sus credenciales europeas a ser uno de los candidatos en un escenario y un ambiente de Champions como el Borussia Park, ante un equipo de caché como el Mönchegladbach. Era un test de primer nivel en el día del debut, contra uno de los clubs importantes de la competición, para refrendar que este equipo de Marcelino, plagado de futbolistas muy jóvenes y sin apenas experiencia europea, tiene aspiraciones. El Villarreal ofreció una imagen de equipo con mucho empaque y que sabe lo que quiere y a qué juega, a pesar de que el preparador amarillo tuvo que hacer frente a algunas bajas importantes. El punto de ayer tiene sabor a victoria.

Las puestas en escena del Borussia Mönchengladbach y el Villarreal eran hermanas mellizas, no gemelas, porque los matices individuales de ambos equipos conferían el elemento diferencial. Idéntico dibujo táctico (4-4-2), idea de juego elaborado, seriedad táctica y transiciones rápidas, tanto en el despliegue ofensivo como en el defensivo. Los dos equipos, representantes del antiguo y el actual campeón del mundo, se empeñan en desarrollar un fútbol atractivo.

Marcelino contaba con un hándicap importante, más de lo que pueda parecer en la teoría la baja de dos hombres específicos en una posición, en este caso el lateral izquierdo. El once presentaba dos sorpresas de partida condicionadas y que el técnico resolvió tocando varias posiciones, algo no habitual en él. El problema de la banda izquierda se vendó con Gabriel, un central diestro que fue reubicado al lateral de su pierna no natural, y situando a Víctor Ruiz como compañero de tándem de Musacchio. Marcelino tocó dos líneas de la defensa y Rukavina se quedó en el banquillo. En el centro del campo, la apuesta del músculo de Pina y la entrada de la magia de Cani, dejando para el ataque otras de las novedades inesperadas del once, pero en este caso motivada por el estado físico de Uche, a quien no se quiso forzar para reservarlo como revulsivo para la segunda parte. Denis Cheryshev avanzó su posición para encajar en ataque con Lucho Vietto de pareja.

EL PELIGRO LOCAL // El Borussia demostró su enorme potencial en su juego de bandas y de balones a la espalda de la defensa explotando la rapidez de sus futbolistas. El Villarreal daba la sensación de mantener la igualdad sobre el campo, aunque con un puntito menos de peligrosidad en el momento de pisar el área. Y, sin embargo, la primera gran oportunidad del partido fue de los amarillos.