El Villarreal necesita gol. Es la asignatura que debe aprobar con la llegada del mes de septiembre tras el descanso de dos semanas que tendrá ahora la Liga y en el que se pueden recuperar también a jugadores importantes como Cheryshev y Bakambu. Este equipo de Escribá da la sensación de estar en fase de construcción y ensamblaje, un periodo de tiempo que se hace más largo por las bajas que mermaron el potencial del plantel. Todavía se le ve titubeante y dubitativo como bloque en algunos momentos, pero también es cierto que deja intuir que posee talento y futbolistas que con más partidos irán acoplándose a la idea global.

El mismo tiempo que necesita el nuevo entrenador para implantar su idea, ahora un tanto borrosa y difuminada. El Villarreal de Marcelino la tenía, pero Escribá acaba de aterrizar y necesita tranquilidad y paciencia. Y los resultados ayudan para disipar dudas. Entre tanto, con un poco más de puntería ahora en lugar de dos puntos se podrían haber sumado seis. Poco a poco.

Mucho respeto se dispensaron mutuamente Villarreal y Sevilla, dos de los aspirantes a coger el trono de la otra clase alta de la Liga, en una pelea en la que teóricamente no estarán ni Barcelona, ni Madrid, ni tampoco el Atlético. El equipo de Sampaoli no saltó al Madrigal en plan kamikaze, ni muchísimo menos. Y el Villarreal también primó defender bien como principal pilar de su juego.

El Sevilla incomodó a los amarillos con asfixia a su primera línea de creación, provocando envíos largos de balón arriba, un estilo en el que los amarillos no se sienten cómodos. Otro problema inicial del Submarino fue una mayor distancia entre líneas, que permitió en los primeros instantes del partido algún que otro susto del Sevilla en balones largos a la espalda de la defensa. No obstante, los errores defensivos del Submarino fueron más de índole individual que colectivos. Asenjo se jugó el tipo en una salida a pies de Vietto. El portero amarillo estuvo rapidísimo y salvó lo que pudo ser el 0-1.

Si Sevilla y Villarreal serán serios rivales en la lucha por la cuarta plaza de la Liga y la zona europea, también lo fue el pulso de Sergio Rico y Asenjo anoche. Ambos demostraron su gran nivel, sobre todo el sevillista, que se convirtió en el héroe de su equipo. Ya en la primera parte le sacó un tiro envenenado a Roberto Soriano, quien también dispuso de un buen remate de cabeza a un centro medido de Castillejo.

Los primeros 45 minutos no fueron precisamente para despertar del sueño a la gente con un fútbol descabezado y un tanto aburrido. Ninguno de los dos equipos consiguió imponer su estilo ni tampoco mandar en el partido. Y en este periodo, otra noticia negativa para el Villarreal, ya que Pato se retiró a la media hora por un esguince de tobillo.

aprieta el Submarino // La segunda parte tuvo más chispa y se vio una mejor versión del Villarreal. Más llegadas, más ocasiones, más intensidad, más ambición, pero si a todas esas buenas sensaciones no le añades un puñadito de acierto y una pizca de suerte, es como si a la paella le falta el azafrán o el arroz, o se pasa un poco de cocción, a pesar de ser elaborada con los mejores productos.

El Villarreal estuvo más junto, presionó bien la posesión del balón, le puso mucho corazón, dejó detalles de talento individual con la firma de Manu Trigueros y Roberto Soriano, más la movilidad de Sansone, pero le faltó gol y eso en fútbol es tan básico como el arroz en la paella.

Y también se topó con un Sergio Rico espectacular, que evitó sendos goles a tiros de Trigueros, con la colaboración del poste, y Borré, este en dos ocasiones. El colombiano estuvo más activo.

El Villarreal buscó el gol, pero lo más importante es que esbozaba signos de recuperación después del varapalo de quedarse fuera de la Champions. Pero no mató el partido y los últimos minutos desencadenaron en un escenario abierto a cualquier posibilidad. Un saque de esquina rematado por Rami dejó sin aliento a la grada del Madrigal que tembló con la pelota estrellándose en el poste, pero estaba anulada.

No hubo goles y sí reparto de puntos, en un partido raro, sin claro dominador, pero en el que los amarillos dispusieron de más ocasiones. Eso sí, este Villarreal tiene que mejorar en la fiabilidad que ofrecía la temporada pasada. No ha sido un gran comienzo de Liga para los amarillos, pero después de un verano tan tormentoso, el balance se puede considerar hasta como positivo. Empatar contra el Sevilla en el Madrigal tampoco es ningún drama. Quedan dos semanas para trabajar en la mejora y en recuperar efectivos. Es cuestión de tiempo. Y también de paciencia. H