Hasta el último segundo mantuvo la incertidumbre el Villarreal en el último día del mercado futbolístico, que para el club amarillo fue el penúltimo. Marcelino aún no tiene configurada su plantilla definitiva para la Liga, la Europa League y la Copa del Rey. De momento son 22 jugadores los que componen el grupo del primer equipo --Íñiguez y Marín tendrán ficha del B--, contando a los que ahora no están disponibles y que también serán fichajes durante el año, Musacchio --se espera su regreso en octubre-- y Sergio Asenjo --más para largo, hasta el 2016--, y a otro que está pero al que no se esperaba: Jonathan se quedó sin tiempo para encontrar equipo.

Son 22, y no 23, porque una de las dos operaciones programadas --el delantero y el central-- para las últimas e intensas 24 horas del mercado aún no se ha confirmado. El Villarreal reaccionó rápido en la última jornada de incorporaciones. A media mañana el refuerzo de Adrián López estaba atado en un 99%. El delantero llega en calidad de cedido procedente del Oporto portugués, que le instó a buscarse equipo tras constatar la pasada campaña que el asturiano de 27 años no contaba para Lopetegui, el entrenador de los Dragoes. Adrián, que tiene contrato con el club portugués --se lo fichó al Atlético-- hasta el 2019, vestirá de amarillo hasta el 30 de junio. En el acuerdo no se ha incluido ninguna opción de compra por el delantero, que aterriza en el Madrigal casi cuatro años después del primer interés groguet, en la temporada del descenso.

el CENTRAL, a la espera // La agilidad en las gestiones por el atacante, que completa el cuarteto deseado por Marcelino junto a Soldado, Bakambu y Baptistao, es decir, una delantera completamente remodelada con respecto a la de la pasada campaña --Vietto, Gio, Uche y Gerard--, no tuvo la misma intensidad en la incorporación defensiva que espera Marcelino: el central. Acabó el plazo, pero no las opciones de que el conjunto amarillo tenga esa pieza necesaria hasta la completa recuperación de Musacchio.

La razón es simple. El Submarino ha puesto su objetivo sobre el veterano (34 años) Daniele Bonera, ex del Milan y actualmente sin equipo --acabó contrato el pasado 30 de junio cono los rossoneri--, lo que permite a ambas partes negociar sin la presión de una fecha límite, ya que la actual legislación ampara que los futbolistas en el paro no vean coartado por plazos cerrados su derecho al trabajo. Si Bonera cumple los requisitos hoy podría ser oficialmente groguet. H