El Villarreal B trabajó de forma notable para cerrar una gran victoria contra un Ebro bien posicionado y luchador, que llegó a Vila-real para alcanzar al segundo equipo amarillo en la clasificación. No obstante, el filial seguirá soñando una semana más con el ascenso gracias a los goles de un acertadísimo Carlos López.

El partido comenzó con la igualdad que se esperaba, ya no por el habitual tanteo inicial, sino porque el cuadro maño venía mostrando una clara mejoría en las últimas jornadas. Los visitantes se plantaron en el campo muy valientes y atrevidos, peleando cada palmo de terreno. En el otro lado, el conjunto amarillo trató de jugar el balón con la fluidez que le caracteriza. Sin embargo, la buena disposición táctica de los aragoneses les impidió profundizar en los primeros minutos hasta la zona de ataque.

La cruz // La nota negativa del comienzo del duelo fue la lesión de Leo Suárez, en un lance con la defensa rival del que el argentino salió malparado y con aparatoso vendaje en la cabeza. Cuando volvió al campo apenas duró dos minutos y fue sustituido por Raba. El juego siguió desarrollándose en la medular y, salvo por un chut lejano de Larrea, apenas se inquietó a los porteros. Hasta que en el minuto 42 apareció Carlos López, que cazó un balón suelto en el segundo poste y empaló el esférico al fondo de la red.

La vuelta al césped presentó a un Villarreal B lleno de confianza, que no tardó en asentar su juego de posesión. Los de Paco López salieron enchufados y pronto se reflejó en el marcador.

Cantalapiedra salió como una bala por banda izquierda para lanzar un contraataque, frenó, tanteó al rival, y lo superó de nuevo con un regate en velocidad hasta la línea de fondo. Su centro medido lo cazó, de nuevo, Carlos López en el segundo palo con un empalme colocado enviando el cuero dentro de la portería forastera de tiro cruzado.

Las cosas se les pusieron muy de cara a los jugadores del Mini Submarino que, pese a haber cobrado una cómoda ventaja, no quitaron el pie del acelerador y siguieron luchando por mantener la posesión del esférico y su rápida circulación.

El conjunto visitante por momentos persiguió sombras y apenas mantuvo unos segundos el control del cuero cuando lo robaba, todo ello gracias a la presión de los amarillos en defensa.

Sentenciado // Con el partido a su favor, los amarillos redujeron mínimamente el ritmo y concedieron algo más de balón a los visitantes. De esta forma el Ebro respiró e incluso se animó a probar suerte sobre la portería de Cantero con algún disparo lejano.

En los minutos finales, el ataque del filial se puso de nuevo las pilas y volvió a inquietar el área rival con rápidas combinaciones.Sin embargo, el luminoso no se movió. Al final, tres importantes puntos que sirven para seguir soñando con un milagro final que sitúe al Villarreal B en el ansiado play-off de ascenso a Segunda. Sin embargo, la mala noticia se queda en la incógnita de la lesión del argentino Leo Suárez.