Los Villarreal-Castellón (y viceversa) ya han escrito una decena de capítulos. Y aunque el primero vivió un desenlace feliz para los amarillos, el resto han tenido un claro signo albinegro, con cinco resultados favorables del todo y cuatro igualadas. El cara a cara particular más igualado entre los orelluts y el segundo filial amarillo llega con la estadística claramente para los que mañana mismo visitarán el Mini Estadi de la Ciudad Deportiva Miralcamp, aunque la tremenda igualdad entre ambos --no en vano, están empatados-- abre todavía más el pronóstico (ver gráfico adjunto).

Todavía andaba el Castellón asimilando su caída a Tercera, por las cuestiones extrafutbolísticas que todos conocen, cuando el Villarreal C comandado por Manu Trigueros daba un baño a los albinegros, por encima de aquel 1-0 que, hace ahora cinco años y unos pocos días más, resolvió el primer enfrentamiento de la cuenta. A partir de entonces, el Castellón ha impuesto su experiencia, como la que, a finales de febrero, le permitió dar la vuelta a ese 1-0 y salir triunfador del territorio amarillo, en un encuentro en el que había más de tres puntos en juego. Los de Kiko Ramírez pasaron de estar, en el descanso de aquel encuentro, por debajo de su enemigo clasificatoriamente hablando, a salir con cinco puntos de ventaja (más el golaveraje particular, después del 0-0 de Castalia), distanciando definitivamente a los amarillos de la guerra por los play-off.

Sin embargo, lo que los 10 derbis entre Villarreal C y Castellón tienen en común, son la similitud de sus marcadores. Cierto es que los orelluts han ganado tres de sus cinco encuentros más allá de una ventaja mínima, pero nunca por más de dos goles y moviéndose en márgenes estrechos, en duelos agónicos. Ahí tenemos el 1-2 de la pasada campaña en Miralcamp e incluso el 1-3 de hace un par, donde Víctor Pino firmó la sentencia en el minuto 87.

El Villarreal C llega justo después de la primera derrota de la temporada (en la 17ª jornada) y con muchas bajas (Arnau Vega, Sena, Genís, Nani y Nikola), con lo que Salvachúa podrá echar mano de su potentísimo juvenil... e incluso del filial, que no tiene partido hasta el domingo.

Menos bajas tiene su homólogo, Castelló, aunque la importancia de Enrique y lo exigua de su plantilla pueden igualar los lamentos de Salvachúa. El bocairentí podría sacrificar a un delantero para reforzar la medular.