Solo han pasado ocho días desde que los hombres de Fran Escribá lo lucieran por última vez, en el Vicente Calderón, y los amarillos ya vuelven a sacar del armario el traje de matagigantes de la Liga para volverlo a lucir en un partido en el que estará centrada toda la atención de la antepenúltima jornada. En el Camp Nou, este sábado, no solo los azulgranas y los groguets vivirán con pasión 90 minutos decisivos.

En Madrid, Sevilla, Bilbao y San Sebastián también juegan en Can Barça. Alguno (el Real Madrid) esperando que el Submarino vuelva a ser capaz de poner entre las cuerdas a uno de los cuatro primeros para que se les ponga en bandeja la Liga. Otro (el Sevilla) apelando al favoritismo del Barça para que la plaza de Champions —ahora a cinco puntos de los de Escribá— no se le complique en exceso en la recta final. Y, por supuesto, Athletic y Real Sociedad también al lado de los de Luis Enrique, esperando el tropiezo del Villarreal para adelantarle en la pelea por evitar las rondas previas de la Europa League.

ESPECIALISTAS / Muchas miradas puestas en el Villarreal, que en Barcelona irá a lo suyo. Y una de sus especialidades esta temporada ha sido discutir de tú a tú la supremacía de los grandes de la Liga. El propio Barça tuvo recurrir al talento de Messi en los lanzamientos de falta para evitar su derrota en el estreno del Estadio de la Cerámica en el minuto 90. Los amarillos estuvieron muy cerca de dejar a cero su portería por quinta vez en el presente ejercicio ante uno de actuales dueños de plaza de Champions. En esa seguridad defensiva mostrada en el primer partido del 2017 puede estar una de las claves. Los de Escribá han sido capaces de dejar secas las delanteras del Sevilla y del Atlético y, además, ante los colchoneros hicieron un alarde de efectividad en sus dos enfrentamientos, con matices diferentes. En la primera vuelta, los amarillos fueron un vendaval; la pasada semana, un acercamiento con peligro fue suficiente para amargar la noche del semifinalista de la actual Champions League.

El Real Madrid es el único de los cuatro primeros que puede presumir de haber puesto de rodillas a los jugadores del Villarreal. Y de aquellas formas. En el Bernabéu, un gol salvador del de siempre (Ramos) evitó que la campanada amarilla fuera mayor que el 1-1 arrancado ante los de Zidane. En el Estadio de la Cerámica tuvo que ser un penalti inexistente por manos involuntarias de Bruno el que metiera a los blancos en el partido y evitara la hecatombe que se avecinaba con el 2-0 inicial del Submarino. Gil Manzano —desde entonces conocido como el árbitro de las bolsas del Madrid— puso de su parte para firmar la única derrota amarilla frente a los actuales dominadores del fútbol español.

TRES VICTORIAS / Y el sábado llega el más difícil todavía para el Villarreal, en un estadio en el que acumula cinco visitas seguidas sin sacar un punto y que colgará el no hay billetes para intentar mantener a su equipo con opciones de Liga en las dos últimas jornadas.

El conjunto amarillo ya hace casi más de una década que no asalta el Camp Nou (el 1-2 de la temporada 2007/2008), donde vivió las mayores gestas de sus inicios en la élite, pero, hoy por hoy, si hay algún rival capacitado para dar la sorpresa en el coliseo azulgrana ese es el Villarreal, el matagigantes de esta Liga.