Todos y cada uno de los 27 puntos que faltan por disputarse en el Estadio de la Cerámica jugarán una importancia vital en las aspiraciones del Villarreal por regresar la próxima temporada a la Champions. Empezando por los tres que este mediodía (13.00 horas, beIN LaLiga) los amarillos dirimen ante un resucitado Alavés que de la mano de Abelardo amenaza con poner en problemas a los de Javier Calleja, avisados ya por el último precedente entre ambos en Vila-real, que se saldó con una victoria sorprendente de los vitorianos gestada en los primeros minutos del choque de la pasada temporada.

El vitoriano ya no es el equipo endeble de aquel 0-3 en Mendizorroza. Tampoco es el mismo el Villarreal, que en septiembre arrolló al Alavés con un doblete de Bakambu, apoyado con otro tanto de Bacca. El franco-congoleño, como el entrenador de ese cara cara de la primera vuelta, Escribá, ya son historia de un Submarino que no mira la vista atrás para centrarse en un presente prometedor, en el que mantiene el pulso por la cuarta plaza con el Real Madrid y el Valencia.

Tampoco la dinámica de los amarillos es la misma de septiembre del pasado año, cuando los amarillos alternaban marcadores tan notables como el de Mendizorroza con batacazos tan sonados como el de Getafe (4-0). El actual Villarreal sí tiene poder de reacción, el mismo que le hizo levantarse después de tres derrotas consecutivas para acabar el 2017 y empezar el 2018 con una racha de seis encuentros consecutivos sin conocer la derrota, con cinco triunfos de por medio.

Ese poder de reacción es necesario ahora para pasar página a la última derrota ante el Betis, un traspié que ni mucho menos dejó tocada a una plantilla que nunca perdió la cara al partido pese a las adversidades de un gol psicológico antes del descanso y el lastre de la roja a Bonera, uno de los futbolistas que se perderá el choque de hoy junto a Rodrigo (también sancionado), Roberto Soriano (mermado durante toda la semana por una gripe) y la nómina de lesionados formada por Sansone, Bruno, Semedo y Andrés.

Al Submarino le ha costado demasiado coger el camino correcto como para extraviarse ahora. Y menos en casa, donde los 27 puntos que se guardan tienen la llave de la Champions League.