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@josellizarraga

Ha sido una semana muy intensa. Para los que amamos todo lo que huele a Castellón, las Fiestas de la Magdalena son algo muy especial. La capital se abre de par en par para recibir a las gentes de todos los pueblos de la provincia en un hermanamiento en la calle, donde realmente se vive y disfruta de la amistad y el inigualable ambiente de una fiesta única, popular y genuina. Todos caben en ella. Tengo muchos buenos recuerdos en el disco duro de mi corazón, sí porque el de la cabeza funciona a otro ritmo, ni mejor ni peor, simplemente diferente, con dictados distintos. Como este Directo, ahora se dedica al deporte, me viene a la cabeza un instante en la Colla del Rei Barbut, bien entrada la noche. Se me acerca mi apreciado amigo el incombustible Manolo Trilles, su presidente y uno de los artífices de que el colectivo celebrara su 40 aniversario a lo grande, batiendo sus propios registros y convirtiendo la plaza de las Aulas en uno de los símbolos de la fiesta castellonera, y con complicidad me dice: ¿Has escuchado el pam pam orellut a dolçaina i tabalet? Le brillaban los ojos.

Ha sonado con fuerza, posiblemente más que nunca, logrando estremecer siempre a quienes lo reconocen porque entra directo en vena al corazón. Es lo único que no nos puede secuestrar David Cruz, el presidente sin palco. Pablo Hernández ya había tenido que responder a varios albinegros fieles sobre su visión del futuro del Castellón, aunque sin poder aportar demasiado porque no cabe respuesta cuerda entre tanta locura.

La situación es insostenible. No tengo tampoco respuestas. Ni yo ni nadie porque a todos nos llega la informacion de forma indirecta. Sólo sé que no sé nada de lo que pasa por la cabeza de Cruz, pero si les confesaré que me fío cero de los intermediarios de futbolistas que están interviniendo en esta operación. Ni tampoco de los cuentos chinos, porque ninguna experiencia de este tipo ha funcionado bien. Yo creo en la gestión y no en los castillos en el aire. Nadie regala el dinero a cambio de nada, por eso prefiero un buen zumo de naranja de Nules.

Para mi el Castellón son los futbolistas que forman un grupo excepcional. Me han transmitido que seguirán peleando, pase lo que pase, hasta el final. Sin medidas de presión que puedan perjudicar, aún más, la imagen del club. La situacion de muchos de ellos es complicada.

El Castellón no va a desaparecer. De eso estoy seguro porque siempre está el minuto 95.

No tolero ni soporto la violencia física o verbal. Ni la que se desprende del mal uso de las redes sociales, porque la he sufrido de forma brutal en los tiempos de Jesús Jiménez, y también de aquellos que no entienden que en la pluralidad está la virtud. Tampoco contra Cruz. Hay otras formas.

Anoche sonó el Vítol. Emotivo como cada año. Para mi nunca es signo de tristeza. Todo lo contrario. Algún día volveré a ver esa plaza Mayor abarrotada de camisetas albinegras. El Castellón es nuestro, como el pam pam orellut, como el escudo o los colores blancos y negros de su camiseta. No es suyo señor Cruz y continuaremos peleando por recuperarlo. No lo dude. PPO.