En su poder de seducción y atracción, en ese idilio con los aficionados al ciclismo que vive la Vuelta, la ronda española del 2017, presentada ayer en Madrid, recupera el viejo estilo de cimas clásicas, sin renunciar a los muros que la han hecho famosa, aunque apuesta, al igual que ha hecho el Tour, por los descensos hacia la meta, en al menos cinco etapas, con solo un toque de contrarreloj individual, a la vez que trata de buscar que los ciclistas pedaleen por la mayor parte del territorio español, lo que obliga a los inevitables traslados.

¿Qué novedades depara la próxima edición? Para empezar, el inédito inicio de Nimes, en Francia , y para acabar la recuperación de uno de los monumentos identificativos de la prueba, el Angliru, que retorna al guión de la carrera después de tres años de ausencia. Y con el deseo por parte de los organizadores de que la cima asturiana, a un día del paseo por Madrid (sábado, 9 de septiembre), sea el lugar definitivo donde se sentencie la general.

SANTA LLÚCIA, A ESCENA / Es, sin duda, con el temido muro de la Cueña les Cabres, una pared del 23,5%, la montaña más cruel de la Vuelta, diseñada con nueve finales en alto y que son, aparte del Angliru: la Ermita de Santa Llúcia, en Alcossebre —con salida desde Benicàssim—; Cumbres del Sol y Xorret de Catí, en Alicante; Calar Alto (Almería); Sierra de la Pandera (Jaén); Sierra Nevada (Granada), y Los Machucos y Santo Toribio de Liébana (Cantabria).

La Vuelta, por lo tanto, ha combinado cimas ya conocidas como Xorret de Catí, Calar Alto, La Pandera, Sierra Nevada y Angliru, con repetidoras como Cumbres del Sol, en el Poble Nou de Benitaxell con novedades que son, sustancialmente, los muros made in Vuelta que este año se presentan en sociedad, todos ellos aliados con repechos que obligarán a los ciclistas a retorcerse sobre la bici y que, de hecho, promocionan más el espectáculo.

Así se descubre Santa Llúcia, con cuatro kilómetros de subida a un máximo del 20% y Los Machucos cántabros, con el récord de desnivel de la edición, un 28%, una rampa natural habitual de un garaje. Será la 5ª etapa, la primera en suelo provincial de esta edición; la otra, la 6ª, saldrá de Vila-real con la meta en Sagunto.

Sierra Nevada, aunque sin atreverse a llegar al pico Veleta, conduce a los corredores hasta el techo del 2017, a unos interesantes 2.490 metros, en lo que será la despedida andaluza de la Vuelta, después de visitar Francia, Andorra, Cataluña, Comunitat Valenciana, Castilla La Mancha y Murcia y antes de vivir la gran neutralización del 2017 entre Granada y Logroño. Y luego, Navarra, de nuevo La Rioja, Castilla y León. Cantabria, Asturias y la gran etapa final en Madrid.