Dentro de la aplaudida trayectoria de los jugadores del Castellón (20 jornadas sin conocer la derrota), Albert Yagüe era algo así como el patito feo. Relegado por Frank Castelló a un rol secundario, seco desde que marcase en la primera jornada, el delantero de Vilassar de Mar, además, tenía que soportar los pitos («y algo más», como él mismo ha recordado) cuando salía a Castalia. Sin embargo, su doblete con el que los albinegros abrieron la goleada al Segorbe le sirve como espaldarazo en su transformación bajo el mando de Manu Calleja, que le ha convertido en titular. Indiscutible, por otro lado.

«Hacía tiempo que no era importante para el equipo. Me van a venir muy bien estos dos goles, y la victoria también, claro», comentó el domingo, tras su encuentro más redondo en mucho tiempo. Así, dio rienda suelta a su rabia contenida en la celebración de los dos tantos. ¿Alguna dedicatoria en especial? «Me acuerdo de toda la gente que ha estado a mi lado cuando no he tenido continuidad, aunque siempre que he salido, lo he dado todo, tanto con este entrenador como con el anterior», aseveró el atacante.

VALORACIÓN PERSONAL // Además, Yagüe admitió que sus dos tantos habían ejercido como una especia de válvula de escape. «Me he quitado un peso de encima, aunque tampoco estaba muy preocupado», explicó, volviendo a destacar su capacidad de trabajo en los minutos, más pocos que muchos, que había ido teniendo. Hasta hace un par de semanas.

Sin embargo, Yagüe es rotundo: «No me tengo que reivindicar ante nadie, menos aún ante la afición, que es la de mi equipo». Eso así, advirtió de que «no es fácil salir y que te silben u otras cosas peores; lo voy a dejar ahí». «No creo que todo el mundo me haya pitado o algo peor, pero bienvenido sea si esto [su doblete] sirve para cambiar las cosas», consideró el delantero barcelonés, que contabiliza tres tantos en los 634 minutos (16 partidos, 6 como titular) que lleva disputados.