El madridismo solo vive pendiente del 14 de febrero, ida de los octavos de final de la Champions. Con la mente puesta en la visita del PSG al Bernabéu, lo demás parece secundario, incluso el último tropiezo ante el Levante, con una doble lectura. Mientras Zidane situaba el problema en la delantera (sustituyó a Ronaldo y Bale, pero mantuvo en el campo a Benzema, centro de las críticas de los aficionados), Casemiro ponía el foco en otro línea: «No podemos cometer esos fallos atrás».

Y mientras, Neymar, el gran deseado, avisa. «Mi aventura en el PSG no ha hecho más que empezar. Estoy ansiado de jugar contra el Real Madrid», indica el autor del gol 2.000 en la historia del equipo parisino en el Parque de los Príncipes, que el sábado celebró su 26 cumpleaños con un fiestón en casa con más de 50 invitados, con póquer y cantantes llegados de Brasil.