El cocotero es el árbol del coco y es la palmera más cultivada en todo el mundo. De ella se obtienen una gran variedad de productos. Es una fuente de alimento, bebida, abrigo y otras utilidades. Este árbol es propio de las islas de clima tropical y subtropical del océano Pacífico y su cultivo, en la actualidad, está muy extendido por Centroamérica, el Caribe y África tropical.

En nuestro país gusta el coco fresco, que además es muy utilizado en pastelería y en la cocina fusión. El agua de coco envasada es un producto con una gran demanda. Una forma de consumo muy habitual es desecado y rallado.

La composición nutricional varía al madurar. La grasa constituye el principal componente después del agua y es rico en ácidos grasos saturados. Su valor calórico es muy alto. Es bajo en hidratos de carbono y pobre en proteínas, pero rico en sales minerales.

El coco fresco se conserva hasta dos meses. Después de abierto, se debe consumir en el mismo día o guardarse en un recipiente tapado con agua (menos de cinco días). Para utilizarlo rallado es mejor hacerlo en último momento y utilizarlo todo.

Para abrirlo hay que practicar dos orificios en los ojos con un sacacorchos. Vaciar el agua en un recipiente y serrar el coco. Después separar la cáscara de la pulpa con la ayuda de un martillo. Eliminar la piel marrón que recubre la pulpa y lavar con agua.

El coco se puede consumir crudo, entero o rallado, y asado, en muchas elaboraciones. La leche de coco se obtiene exprimiendo la pulpa del coco una vez triturada. Se le agrega agua o leche y se toma como refresco o se añade a batidos, helados y otras preparaciones. Esta leche es un ingrediente básico en la cocina exótica y en el curry asiático, ya que suaviza el sabor de las guindillas.

El coco, un fruto aromático, de sabor intenso y agradable, está disponible todo el año en los mercados municipales.