El níspero llega en primavera a nuestros mercados municipales. Se puede adquirir desde abril hasta junio y es la primera fruta de hueso de la temporada.

Llegó a España hace cientos de años, de la mano de marinos mercantes que recalaban en el puerto de Sagunto, y se extendió por diferentes zonas, pero encontró su mejor hábitat en los pueblos levantinos.

Fructosa y glucosa --después del agua-- son las sustancias más abundantes que proporcionan al níspero un moderado aporte calórico y su sabor dulce. Además es una fruta rica en pectina, ideal para la elaboración de jaleas, compotas, mermeladas y confituras.

El sabor del níspero gusta a la mayoría, es fácil de comer y, por sus propiedades nutritivas, lo pueden consumir las personas de todas las edades.

Existen muchas variedades, pero las más comerciales en nuestro país son: Algar, de piel color amarillo-anaranjado, pulpa amarillo crema y sabor agridulce muy agradable; Tanaka, una variedad tardía, redondeada o con forma de pera, de color naranja vivo y pulpa amarillo-anaranjado, muy dulce y aromático; Golden Nuget, los primeros nísperos en llegar al mercado, grandes, casi redondos, de color anaranjado oscuro y pulpa muy jugosa del mismo color, pero poco ricos en azúcares por lo que resultan bastante ácidos al paladar; y Peluches, una variedad de reciente aparición y tamaño muy grande, forma alargada, arqueada, piel rugosa en amarillo pálido, pulpa carnosa, jugosa y sabor dulce.

Al comprar nísperos hay que escogerlos enteros, sanos, sin aromas extraños, con color uniforme. No deben estar blandos al hacer una suave presión. Deben elegirse maduros, con la carne firme y bien coloreada. Verdes son muy desagradables al paladar y muy indigestos. Los nísperos son muy sensibles a los golpes. Hay que tener cuidado al transportarlos y guardarlos para no amontonándolos con otros productos.

Maduran antes envolviéndolos en papel de aluminio y dejándolos en el congelador 12 horas. El níspero maduro ha de consumirse rápido y conservar en la parte menos fría del frigorífico.