El plátano o banano es originario de Asia y llegó a Canarias en el siglo XV. Allí encontró su mayor zona de producción de toda Europa. En el viaje internacional le cambiaron el nombre de plátano por banana. La platanera necesita un clima cálido y húmedo para su cultivo y en los países tropicales y caribeños se convirtió en uno de los principales alimentos de la dieta de los nativos.

El plátano cultivado en Canarias pertenece a la variedad Cavendisch, más dulce, intenso y aromático que las bananas de Suramérica. Es más pequeño, de piel amarilla, con zonas verdes y pintas marrones. Su pulpa es compacta pero blanda y su mayor enemigo son los golpes.

Por su lado, la banana que llega desde América es más grande, menos aromática, sabrosa y dulce que el plátano canario y contiene menos azúcares. Es más resistente a los golpes y en su piel no suelen aparecer manchas.

Propiedades // El plátano es una fruta deliciosa, delicada, exquisita y muy saciante, ya que calma el apetito rápidamente, pero en general no es consumida masivamente debido a que es muy calórica.

Sin duda, es ideal para niños, mujeres embarazadas, deportistas y personas mayores por el aporte calórico, vitamínico y sus altas dosis de potasio, ya que contribuye a evitar calambres y dolores musculares. Es muy astringente y combate las diarreas.

Al adquirir los plátanos en las paradas de los mercados municipales, hay que fijarse en que no tengan golpes ni demasiadas manchas marrones, que indican excesiva maduración. Si al comprarlos todavía están un poco verdes, se pueden dejar en un sitio fresco preservados de la luz directa, hasta que estén maduro. Y se pueden congelar hasta tres meses, aproximadamente, sin que merme su calidad.