Trufa negra o tuber melanosporun son nombres con los que nos podemos referir a este auténtico regalo para el paladar que nos brinda la naturaleza. Estas joyas gastronómicas son hongos que viven bajo tierra, asociados a raíces y su origen puede ser silvestre o de cultivo mediante árboles micorrizados (avellanos, robles y encinas).

Trufa de Morella

Las trufas son muy apreciadas por su intenso y especial aroma que da un sabor excelente a las preparaciones donde interviene. Esta fragancia fuerte, penetrante, intensa y muy característica, según el punto de madurez, recuerda a bosque, monte húmedo, tierra, madera del bosque, turba y en ocasiones aparecen notas yodadas y aromas a setas.

Nuestra provincia tiene truferas silvestres de tuber melanosporun únicas en el mundo. Los pueblos del Maestrat, Els Ports y las comarcas limítrofes de Teruel reúnen unas características que las convierten en uno de los mejores hábitats del mundo.

Actualidad // No obstante, este ha sido un mal año para la trufa, ya que la climatología adversa y su escasez ha disparado los precios entre 600 y 1.000 euros el kilo. Y es que las trufas naturales están desapareciendo y las que han conseguido cultivarse no han logrado abaratar los precios. Además, casi la totalidad de este producto va al mercado internacional, donde hay una gran demanda y escasa oferta.

Este exquisito manjar se puede adquirir en los mercados municipales, frescas en temporada y en conserva el resto del año. Es muy importante comprobar que se trata de tuber melanosporun y no tuber indicun o himalayense, que son similares y llegan desde China, por lo que son más económicas pero poco aromáticas.

Finalmente, un buen método de conservación es la congelación. Para ello hay que limpiarla, envolverla en papel film y ponerla dentro de un bote de cristal cerrado herméticamente.