El 2017 será recordado como el año del bitcóin. El año pasado fue el que la criptomoneda fue descubierta por la opinión pública en España, pese a que su creación data del año 2009. Pero es posible que el año 2018 sea también el año de la explosión del bitcóin y de otras criptomonedas. Los medios de pago están en proceso de reinvención y bitcóin ha sido el elemento disruptor, con una capitalización o valor de mercado este 1 de enero de 234.000 millones de dólares.

Corea del Sur, uno de los territorios conquistados por la moneda virtual más utilizada, está intentando poner cortapisas a una revolución monetaria envuelta en burbuja especulativa. El país asiático quiere exigir el registro de la identidad de los usuarios en las transacciones. Y es que bitcóin se ha convertido en valor refugio en países como Corea del Sur atenazados bajo la constante amenaza de un conflicto bélico (con Corea del Norte). En Japón, el bitcóin se ha convertido en el remedio mágico para rentabilizar de manera rápida los ahorros de los japoneses, y unos 300.000 comercios aceptan el bitcóin como medio de pago. Menospreciar al bitcóin no es lógico, pero olvidar las amenazas que incorpora resulta al menos imprudente.

OTRAS CRIPTOMONEDAS

Y tras el bitcóin, otras criptomonedas quieren aprovechar la ola especulativa y captar inversores ávidos de multiplicar su dinero en poco tiempo. Ethereum es la segunda mayor moneda virtual en importancia, pero la lista se amplía día a día. Ripple ya se jacta de haber superado la cotización de dos dólares, y eso que sus creadores se apalancaron el 20% del total del efectivo previsto. Bitcóin es capaz de gestionar entre 3 y 6 transacciones por segundo, mientras que Ethereum ofrece unas 15 transacciones por segundo y la red de Ripple asegura tramitar 1.500 transacciones por segundo y ser capaz de llegar a las 50.000 transacciones que por ejemplo se procesan con el protocolo Visa.

REVALORIZACIONES

En cualquier caso, los expertos aconsejan no invertir más allá del 1% de lo que se tiene en estos nuevos instrumentos financieros. La cuestión es que perder el 1% de lo propio es asumible, ante la posibilidad de multiplicar las ganacias por mucho. El bitcóin se ha revalorizado más del 1.200% en un año (aunque perdió el 30% en las últimas dos semanas). Ethereum subió en el 2017 más del 8.000% y Ripple el 29.000%. La lista de criptomonedas es larga y lo único que guardan en común es que se basan en tecnología 'blockchain'. Algunas pueden ser creadas por cualquiera (minadas), aunque a costes poco rentables. Otras, como el Ripple solo son un instrumento (con mediador incluido) para el pago y la inversión. Muchas de ellas se utilizan para el pago a oenegés o para intercambios opacos al fisco.

EVOLUCIÓN FUTURA

Si bitcóin fue el medio de pago elegido por los piratas informáticos nada asegura que en el futuro elijan otra criptomoneda, algo que podría desplomar el futuro precio de los bitcoines. La confianza de los recién llegados cimenta la fortuna de los antiguos inversores, que venden poco a poco y 'realizan' sus beneficios sin abandonar súbitamente el barco del sueño millonario. Los dientes de sierra serán la tónica habitual de la evolución del valor hasta que un día su precio se estabilice o desplome; el tiempo lo dirá y no hay ningún teórico experto capaz de conjugar tiempo y precio de un activo tan volátil.