Siguen creciendo los problemas para Audi. Si ayer la policía conducía una redada en tres estados de Alemania para obtener más información sobre las malas prácticas de la compañía, hoy se ha conocido que dos técnicos investigados por la Fiscalía han admitido que participaron en la manipulación de los vehículos diésel de la compañía para falsear sus niveles de contaminación y para esquivar así los controles medioambientales.

Uno de los dos testigos que han explicado a las autoridades los detalles de como se perpetró el escándalo conocido como ‘Dieselgate’ es Ulrich Weiss, exdirector de desarrollo del motor de Audi en la ciudad de Neckarsulm, cerca de Stuttgart. Según ha señalado el diario ‘Süddeutsche Zeitung’, este alto cargo ha acusado a la junta directiva del grupo. Así, un destacado comité de la casa, la Comisión de Estrategia de Productos (PSK, por sus siglas en alemán), habría aprobado internamente unos niveles contaminantes en coches diésel que superaban ampliamente lo establecido en la legislación.

A pesar de las acusaciones de Weiss, la cúpula de Audi siempre se ha desmarcado del escándalo. El antiguo director ejecutivo del fabricante alemán, Rupert Stadler, ha reiterado que no conocía nada de la manipulación de miles de vehículos de la compañía que presidía. La investigación aún no contempla cargos criminales contra la directiva.

Eliminaron documentos

El otro de los informantes, de quien solo se conoce que perteneció a la gerencia media de Audi, ha asegurado a las autoridades policiales que conducen la investigación que conocía el fraude cometido al manipular los coches y que después de que se destapase el escándalo se eliminaron muchos documentos.

La Fiscalía de Múnich acusa a la poderosa compañía automovilística de Ingolstadt de ser culpable de haber cometido fraude y publicidad desleal al haber vendido en Estados Unidos y en Europa como “limpios” hasta 253.000 vehículos con niveles de emisión de gases contaminantes superiores a lo permitido por la legislación.

Tras la redada policial llevada a cabo este miércoles en la casa de hasta seis técnicos o extécnicos de Audi, la investigación ha pasado de tener cuatro acusado a hasta 13. Entre ellos figura un alto cargo como Wolfgang Hatz, antiguo responsable del departamento de desarrollo de agregados en Audi, miembro de la directiva de Porsche y hombre cercano al expresidente del Grupo Volkswagen, Martin Winterkorn.

Golpe al automóvil

Las revelaciones contra Audi llegan en una semana especialmente negra para el sector automovilístico alemán, pilar de la economía más robusta de Europa. Este lunes la prensa destapó que poderosas marcas como Volkswagen, BMW, Daimler (fabricante de Mercedes) y Bosch financiaron experimentos con seres humanos y primates a los que se les hacía inhalar dióxido de nitrógeno (NO2) para comprobar los efectos perjudiciales en la salud causados por los vehículos diésel.

A este nuevo negro capítulo para el motor germánico se le suma un escándalo de la manipulación de emisiones contaminantes que ha ido golpeando a todas los grandes fabricantes del país. Así, después de impactar en el Grupo Volkswagen (Volkswagen, Audi, Seat, Skoda, Porsche) en septiembre del 2015 también se han descubierto ‘malas praxis’ en BMW y Daimler. Parece ser que ninguna gran empresa en Alemania renunció al fraude para vender más vehículos.