El crecimiento de China en el sector del automóvil es un hecho. Desde hace años, las marcas europeas han focalizado buena parte de su negocio en este mercado asiático, donde en el 2017 se vendieron más de 24 millones de coches. China tiene un parque automovilístico de más de 200 millones de coches y es el primer país en el ránking de comercialización de vehículos.

Audi es una de las marcas que entendió el reto y, de la mano del grupo Volkswagen y sus socios locales, trabaja el terreno. El pasado año ya vendió 597.866 coches en China, liderando el segmento Premium por delante de Mercedes-Benz y BMW, y la marca confía en crecer en cuatro años. Con motivo de la presentación del nuevo Audi Q8 en Shenzen, la capital tecnológica del país, Rupert Stadler, el consejero delegado de Audi, admitió la importancia de un mercado que para la marca alemana es el primero mundial.

Stadler dijo que el año pasado el grupo creció el 1,1% en China y la tendencia «sigue subiendo». «Nuestro plan específico para China comprende doblar nuestra producción para el 2022, con 10 nuevos modelos electrificados, siete SUV y cuatro completamente eléctricos fabricados en China», explicó.