El consejero delegado del BBVA, Carlos Torres Vila, se convirtió ayer en el único banquero que no ha cargado frontalmente contra el impuesto a la banca que prepara el Gobierno durante la actual campaña de presentación de resultados semestrales. Al contrario que sus competidores, y frente a su propia afirmación de hace unas semanas de que encarecería y reduciría el crédito, optó por la prudencia. «La fiscalidad nunca debe penalizar el crecimiento y la creación de empleo», reclamó de forma general.

El ejecutivo evitó en particular advertir de que su grupo podría aprobar cambios legales para evitar tener que tributar en España por el dividendo de sus filiales extranjeras, como sí hizo el miércoles su homólogo del Santander. Tampoco negó esa posibilidad. «Hay mucho ruido pero no se ha concretado nada, no vamos a especular», se limitó a repetir en hasta tres ocasiones en una conferencia telefónica cuyo formato dificultaba la interlocución con los periodistas.

El número dos de Francisco González, que apuntó que su banco paga un tipo del 28% sobre su beneficio en España, también evitó valorar si las dificultades del Gobierno para aprobar la nueva senda fiscal y el techo de gasto harían conveniente un adelanto electoral para lograr un Ejecutivo más fuerte. «Lo importante es mantener la disciplina fiscal. Pensamos que el nuevo Gobierno, como el anterior, la mantendrá», añadió sucintamente.

El BBVA ganó 2.649 millones de euros en el primer semestre, el 15% más que un año antes y por encima de los 2.536 millones que esperaban los analistas. Los ingresos de la entidad cayeron el 5,1% como consecuencia del desfavorable tipo de cambio de las divisas de los países donde opera frente al euro. Con todo, los menores gastos y, sobre todo, la reducción de las provisiones por depreciación de los activos y para afrontar futuras pérdidas facilitaron la mejora del resultado.

En España, el banco ganó 757 millones, el 58% más que entre enero y junio del año pasado, gracias a la mejora del beneficio de su negocio y sobre todo a las menores pérdidas de su división inmobiliaria.