Tras la victoria judicial de Blablacar frente a la patronal de autobuses Confebus, la empresa francesa espera que el 2017 sea “un año de tranquilidad” en el mercado español. Así lo cuenta a EL PERIÓDICO su director general en España y Portugal, Jaime Rodríguez, quien añade que confía en poder colaborar con la Administración para “promover conjuntamente políticas públicas que favorezcan el uso del coche compartido”.

La denuncia que enfrentó a Blablacar con Confebus se ha saldado con el apoyo al modelo de negocio que representa la empresa de economía colaborativa, puesto que la justicia considera que no se produce una competencia desleal para el sector del transporte de viajeros en autobús.

SENTENCIA "TREMENDAMENTE CLARA"

“La sentencia es tremendamente clara. Para que exista competencia desleal tiene que incumplirse una ley y esto no se produce porque nuestra actividad cumple con lo que la ley 17/1987 de ordenación de los transportes terrestres establece para el transporte particular: este no puede ser remunerado, a no ser que sea para compartir gastos”, explica Rodríguez. “Los viajes que realizan nuestros usuarios no son un servicio profesional, tienen un carácter puramente privado”, insiste.

A partir de esta sentencia, la filial española espera “normalizar” su relación con las administraciones públicas y, especialmente, con la Comunidad de Madrid, que según Rodríguez “ha sido la única institución que ha sancionado a Blablacar en todo el mundo al entender que dos usuarios realizaban un transporte profesional sin licencia, que es, precisamente, lo que la justicia ha establecido que no sucede”. Ante este conflicto, el director general desea que se produzca “un cambio de actitud por parte del Gobierno de Madrid o un apoyo firme por parte de la Comisión Europea”, ante la que se recurrió la denuncia madrileña el pasado octubre.

EFICIENCIA ENERGÉTICA

Para ello, la empresa francesa quiere poder colaborar con las instituciones para desarrollar políticas públicas que estimulen el uso del coche compartido en las carreteras españolas, como ya se hace en otros países. “En el resto de Europa, existen medidas para estimular el uso del coche compartido. En Francia, la consolidación de este tipo de transporte está entre los objetivos de eficiencia energética que se quieren alcanzar en el 2020”, comenta Rodríguez. “Hay medidas sencillas y evidentes, que son necesarias para todos nosotros, como por ejemplo establecer puntos de encuentro en las ciudades para que los usuarios puedan quedar y empezar desde ahí sus viajes o rebajar los peajes para los que viajan de esta manera”, propone.

“El coche es el principal agente de contaminación y de gasto energético en Europa. Todas las medidas que podamos promover para hacer más eficiente el transporte nos harán más sostenibles como sociedad. Por eso fomentar el uso del coche compartido es esencial para reducir la contaminación en las ciudades y, también para ahorrar emisiones de CO2 y el gasto energético que produce nuestra sociedad”, enfatiza el director general. En concreto, la empresa ha calculado cuánto CO2 se ahorró durante el año pasado gracias a la actividad de todos sus usuarios y la cifra asciende al millón de toneladas. Según Rodríguez, esto equivale “a alumbrar la ciudad norteamericana de Los Ángeles durante un año”, lo que supone una “impacto muy positivo”.