En medios de pago chinos, Europa aún está verde. Pero las cosas están cambiando rápido. Tan solo esta semana Wechat Pay -una especie de WhatsApp 'made in China' con más opciones que permite pagos a través del móvil-, ha desembarcado en Italia, gracias a un acuerdo entre la multinacional de tecnologías Tencent -propietaria de la aplicación- y algunos operadores italianos.

Resultado: todos los comercios italianos que agreguen Wechat Pay a sus circuitos de pago aceptados podrán permitir que los usuarios de la app usen su código QR para realizar sus compras en el país transalpino (un sistema parecido al pago sin contacto: un escáner lee el código y el pago queda registrado). Algo que potencialmente representa una oportunidad de negocio de tamaño mayúsculo.

¿La razón? Wechat posee 980 millones de usuarios activos al mes, de los cuales 230 millones han asociado su tarjeta de crédito a esta app que, tan solo en 2017, fue usada para realizar un millón de transacciones al minuto. En China, de hecho, sacar el móvil y pagar el restaurante, el taxi o un refresco en el súper con Wechat es tan habitual como pagar en efectivo. "He estado en el cuartel general de Wechat y me quedé mudo", contaba la semana pasada Angelo Morano, responsable en Shanghái de Welcome Chinese, compañía que intermedia entre las empresas europeas y las chinas.

Morano no exagera. El grupo Value Retail, también propietario de La Roca Village (Barcelona) y de Las Rozas Village (Madrid), incrementó sus ventas a clientes chinos en un 14% desde enero hasta noviembre pasado en uno de sus centros comerciales en Milán. Esto, después de la introducción de Alipay, otro método de pago por móvil y de propiedad en este caso del gigante chino del comercio electrónico Alibaba.

"Desde el 2012 aceptamos los pagos con (la tarjeta de crédito) China Union Pay y la experiencia ha sido muy positiva", ha explicado, en esta línea, Ana Crespo, portavoz de la empresa. Otro es el caso de la española Mango que en diciembre introdujo en España tanto a Wechat como Alipay. Y, así también ha hecho CaixaBank, que desde agosto permite que los comercios clientes del banco acepten los pagos de Alipay.

Buen ejemplo del increible desarrollo que viven estos sistemas de pago ha sido también el anuncio este otoño de que Wechat también ha empezado a usarse en el Camden Market de Londres y en las galerías Lafayette de París. La idea es que todo ello sirva para atraer a los turistas chinos que vienen a Europa, aunque -saneadas las cuestionables políticas de privacidad de algunas de estas app- no se descartan otras evoluciones tecnológicas.