La inflación alcanzó en enero de este año su pico más alto desde febrero del 2013 pero, por si en Berlín o en alguna otra capital europea alguien tuviera alguna duda, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha dejado claro que su programa de estímulos sigue siendo necesario. “Los riesgos agudos de deflación se han disuelto y la inflación va a repuntar” pero “el apoyo de nuestras medidas de política monetaria siguen siendo necesarias para que las tasas de inflación converjan hacia nuestro objetivo con suficiente confianza y de forma sostenible”, ha defendido durante el primer diálogo económico del año en la Eurocámara.

Es más, Draghi ha explicado que el BCE sigue dispuesto a prorrogar y aumentar el programa de compra de activos si la situación se deteriora de repente, que la inflación subyacente sigue siendo bastante moderada y que no reaccionarán ante datos individuales ni alzas de la inflación de corta duración. “Si la perspectiva de la inflación se vuelve menos favorable o las condiciones financieras se vuelven incompatibles con nuevos progresos, hacia un ajuste sostenido de la inflación, el consejo de gobierno está dispuesto a incrementar el programa de compra de activos tanto en tamaño como en duración”.

El consejo de gobierno acordó en su última reunión del año pasado prorrogar el programa desde marzo hasta diciembre del 2017, con el compromiso de ir más allá de esa fecha si fuera necesario, con inyecciones de 80.000 millones hasta el mes de marzo y de 60.000 millones mensuales a partir de abril. Según el banquero italiano el programa ha sido “un éxito” porque ha permitido crear millones de puestos de trabajo. “Los motores de la recuperación han sido dos: los precios bajos del petroleo y nuestra política monetaria. No ha habido mucho más”, ha respondido ante las críticas de la eurodiputada portuguesa de izquierdas, Marisa Matías.

CRÍTICAS A TRUMP

En vísperas del 25 aniversario del Tratado de Maastricht, Draghi ha vuelto a salir en defensa del euro. “Hemos forjado vínculos que han sobrevivido a la peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial” y ha criticado la relajación de la desregulación que defiende el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. “Lo último que necesitamos este momento es una relajación de la regulación”, ha advertido interrogado sobre la decisión del nuevo mandatario norteamericano de paralizar la reforma financiera puesta en marcha por el ex presidente Barack Obama en 2010 y conocida como ley Dodd-Frank.

“Una combinación de acceso fácil al dinero y desreglamentación financiera fue el caldo de cultivo de la crisis financiera. La política monetaria se justifica por la necesidad de conseguir nuestro objetivo pero no veo motivo para relajar la normativa actual que se ha saldado con una banca y un sector financiero mucho más sólido que antes dela crisis”, ha añadido durante el debate con los eurodiputados.

CLIMA ECONÓMICO POSITIVO

Durante su intervención, Draghi ha calificado la recuperación económica de “consistente” y ha subrayado que la capacidad de resistencia de la eurozona en 2016 pone de manifiesto que van por el buen camino y que las reformas nacionales y europeas han empezado a arrojar beneficios en forma de crecimiento económico. “El clima económico es el más positivo de los últimos cinco años. El desempleo ha caído al 9,6%, que es el registro más bajo desde mayo de 2009 y el coeficiente de deuda pública ha bajado por segundo año consecutivo. Son pasos en la buena dirección pero solo son primeros pasos. Necesitamos continuar por este camino para que el paro siga cayendo más y los europeos se beneficien plenamente de la recuperación”, ha indicado.