Cada día menos de cuatro trenes de mercancías utilizan el tramo Figueres-Perpinyà para cruzar la frontera, mientras que 19.000 camiones lo hacen por carretera. "Todavía estamos lejos de las cifras de tráfico que eran el objetivo", lamenta el auditor del Tribunal de Cuentas Europeo (TCE) Fernando Pascual Gil,uno de los autores de un informe del organismo que denuncia el "rendimiento insuficiente "del corredor mediterráneo. "En España, el 95% de los fondos se han dedicado en el periodo 2007-2013 a proyectos de alta velocidad y las mercancías tal vez no han sido la prioridad", dice Pascual Gil, que advierte a la CE que "hay una política coherente "para cumplir sus propios objetivos de transporte ferroviario de mercancías.

En los tres primeros años de funcionamiento de la conexión ferroviaria Figueres-Perpinyà, del 2011 al 2013, el número anual de trenes de mercancías fue de 357, 636 y 931, respectivamente, frente al objetivo de 8.665 trenes de mercancías marcado para el primer año y el de 19.759 previsto para el 2019. "Físicamente la sección internacional está construida, el dinero no han desaparecido, pero es verdad que cuando hacemos referencia al tráfico de mercancías, está muy por debajo de las expectativas", señala Pascual Gil.

El auditor del TCE culpa a "los problemas de coordinación entre el Estado francés y España" de los malos resultados de este tramo, señalando en concreto que de la parte catalana "todavía queda por conectar la línea a determinados puertos o industrias". La conexión del Puerto de Barcelona "ha comenzado, pero quedan otras, como la de Tarragona, o la de las industrias", destaca Pascual Gil. "Para ver los resultados la línea completa y la conexión a todos los puertos cercanos y las industrias se debe hacer. Lleva tiempo, o es una cuestión de prioridades ", indica.

"En términos de financiación comunitaria, más fondos europeos han sido dedicados en España a la alta velocidad que a las necesidades del transporte de mercancías en ferrocarril", asegura el auditor. En este sentido, advierte que las empresas pueden perder competitividad. "Si el ferrocarril no logra cumplir con las expectativas de las industrias, se ven obligadas a utilizar el transporte por carretera, que probablemente sea el más contaminante", destaca.

Pascual Gil remarca que "la gestión del tráfico, la falta de liberalización en la práctica y el problema de transparencia" afectan el corredor mediterráneo de mercancías, pero "no exclusivamente". "Los problemas que el Tribunal de Cuentas ha podido identificar aplican a varios corredores", puntualiza. Por ello, el TCE pide a la Comisión Europea y los Estados miembros que analicen bien como invierten el dinero y les advierte que, a este ritmo, no alcanzarán sus propios objetivos de trasladar el transporte de mercancías de la carretera al ferrocarril. Según Pascual Gil, hay "una asignación coherente de los fondos comunitarios", dando "más dinero al ferrocarril que el transporte por carretera" y asignándoles "teniendo en cuenta las necesidades específicas" del sector. Por ello, recuerda que es prioritario "conectar las líneas de tren con los puertos" e introducir mejoras para "permitir que circulen trenes más largos".