El Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) autorizó este martes el desembolso de 2.800 millones de euros para Grecia, el montante restante del segundo tramo de asistencia financiera prometido por la eurozona a ese país. "La decisión de desembolsar 2.800 millones de euros a Grecia es un signo de que el pueblo griego está haciendo progresos de forma continuada en las reformas de su país", indicó en un comunicado el director ejecutivo del MEDE, Klaus Regling.

Según precisó, el Gobierno heleno ha cumplido "hitos clave" en las áreas de la reforma de las pensiones, la gobernanza bancaria, el sector de la energía y la recaudación de ingresos.

La negociación entre el Gobierno de Alexis Tsipras y la Troika se inició el pasado viernes. En ese momento se creía que la clave de la negociación sería la capacidad de renegociar la deuda para oxigenar los plazos de pago. El plan planteado incluye 45 requisitos, incluida una polémica reforma laboral.

Los temas son complicados, pues afectan a la esencia de las relaciones laborales: el derecho a huelga, los despidos masivos, la negociación colectiva y el salario mínimo. Para eludir esos ajustes, el Gobierno de Tsipras ha reclamado repetidamente un replanteamiento de los pagos de la deuda.

El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, siempre ha mantenido que el tema de la deuda se hablará una vez finalice el tercer rescate, es decir, en el 2018. Tsipras, en cambio, no se cansa de recalcar que la mejora de las condiciones de la deuda es un compromiso contraído por los propios acreedores y que si Grecia cumple lo acordado también lo deben hacer sus socios.

Buena parte de ese primer pago se destinará íntegramente al pago de deudas que el Estado tiene con organismos nacionales y cuyo desembolso dependía de una serie de datos que el Gobierno ha aportado ahora.