El FMI considera fundamental que fluya el crédito a las empresas y familias para consolidar la recuperación económica. Bancos con más de 900.000 millones de euros en préstamos morosos que a su vez y por ello prestan menos. Un nivel de endeudamiento empresarial que en España (como en Francia, Italia y Portugal) se prevé que esté cerca o por encima del 70% del PIB hasta el 2020, niveles más altos que antes de la crisis. Aseguradoras de tamaño intermedio como nuevo foco de preocupación y riesgo que obliga a actuar "sin demora". Ese es el panorama y la alerta que ha lanzado este miércoles el Fondo Monetario Internacional a la zona euro al presentar su 'Informe de Estabilidad Financiera Global', en el que reclama acciones políticas que respalden el programa de compra de bonos puesto en marcha por el Banco Central Europeo para que vuelva a fluir el crédito, para lo que también apuesta por promover el uso de mercado de capitales frente a la banca tradicional.

"Los riesgos para el sistema financiero han subido desde octubre y han rotado a partes del sistema financiero donde es más difícil valorarlos y más difícil lidiar con ellos", ha asegurado José Viñals, consejero financiero del FMI, que ha marcado como primer reto la implementación de políticas que apoyen al programa de expansión cuantitativa del BCE, cuyos efectos se valoran de forma positiva aunque no sin reconocer que la propia naturaleza del programa "anima a tomar más riesgos financieros". Viñals ha instado a "animar a los bancos a lidiar con la cartera de malos préstamos e implementar marcos legales e institucionales más eficientes para acelerar el proceso".

El informe, que pide "medidas de gran alcance", sugiere regulaciones que aceleren deshacerse de esos préstamos en mora y un "mercado activo". El documento, asimismo, alerta de que "si no se toman medidas correctivas de política la capacidad de préstamo de los bancos podría limitarse a un escaso 1% a 3% anual en promedio". En cualquier caso, se considera más que posible, guiándose por "experiencia pasada", que el flujo del crédito volverá con demora. La voz de alarma más concreta en el documento es la que se ha lanzado sobre las aseguradoras, que tienen el 20% del los bonos europeos y 4,4 billones de euros en activos. El 24% de las de tamaño intermedio no superaron las pruebas de estrés y, dada la creciente interconexión con el sistema financiero más amplio y cómo les afectan los bajos tipos de interés, sus riesgos se identifican como una fuente potencial de problemas que podrían contagiarse a todo el sistema.

El FMI también considera necesario diversificar las fuentes de financiación "de manera que este provenga menos de los bancos y más de los mercados de capitales". Para promover el uso de estos en la zona euro, el organismo apuesta por una armonización legal que siga la propuesta que realizó la Unión de Mercados de Capitales de la Comisión Europea. En términos generales, se apuesta por "adoptar un modelo de supervisión más activo, sustentado en estándares mundiales de supervisión y mejores datos e indicadores de riesgo"