El 'brexit' ha sido como un palo puesto entre las ruedas de una recuperación económica global que ya era frágil pero echaba a andar. La gráfica figura la emplea el Fondo Monetario Internacional, que tras el referéndum ha actualizado su informe de Perspectivas Económicas Globales y rebaja las previsiones de crecimiento un 0,1% tanto para 2016 como para 2017, dejándolas ahora en 3,1% y 3,4% respectivamente.

En el caso de España, las previsiones se mantienen intactas para este año, en el que el organismo que dirige Christine Lagarde calculó en abril que la economía española crecerá un 2,6%, pero se rebajan dos décimas para 2017, dejando la previsión en un crecimiento del 2,1%.

ESTIMACIÓN "RELATIVAMENTE BENIGNA"

Se trata, según ha reconocido en una rueda de prensa en Washington Maury Obstfeld, director del departamento de investigación del FMI, de una estimación “relativamente benigna” del impacto negativo del 'Brexit', realizada con la limitada información disponible desde el referendo británico. Por eso mismo el organismo subraya que “los efectos reales se desarrollarán gradualmente, añadiendo elementos de incertidumbre política y económica que solo se podrán resolver tras muchos meses” y que “cobrarán un peaje en la confianza y las inversiones”.

El FMI habla precisamente de una “capa de incertidumbre extra” tanto política como económica e institucional que “puede abrir la puerta a una respuesta amplificada de los mercados financieros a impactos negativos” y advierte de la posibilidad de una ralentización económica mayor aún, “con crecimiento sustancialmente menor en Europa” del 1,6% y el 1,4% calculados para la zona euro en 2016 y 2017.

DOS ECENARIOS MÁS ADVERSOS

De hecho, la actualización del Informe de Perspectivas Económicas Globales se ha realizado con la asunción de de que la incertidumbre irá reduciéndose gradualmente gracias a acuerdos entre la Unión Europea y el Reino Unido para evitar un incremento trascendental de barreras económicas y asumiendo también que no habrá importantes distorsiones en los mercados y que los efectos colaterales políticos del referéndum serán limitados. Pero el FMI es consciente de que quizá el camino hacia delante sea mucho más rocoso y admite que“resultados más negativos son una clara posibilidad”.

Por ese motivo, el informe, que habla de un ambiente “cada vez más frágil e incierto”, incluye también previsiones con dos escenarios hipotéticos más oscuros, en los que la economía global acabaría creciendo solo el 2,9% o el 2,8% en 2016 y un 3,1% o un 2.8% en 2017, entre el 0,2 y el 0,6% menos de lo que se calcula ahora.

TENSIONES SOCIALES Y POPULISMO

Obstfeld, que ha recordado también la crisis de refugiados y sus ramificaciones tanto políticas como económicas y la persistencia y aparición de riesgos geopolíticos y tensiones políticas en algunos países, ha alertado de que el ambiente de lento crecimiento “empeorará las tensiones sociales asociadas con el estancamiento de sueldos, cambios económicos estructurales y programas de prestaciones sociales amenazados”. Por eso ha urgido a los legisladores, y sobre todo a los líderes políticos, a “ofrecer una narrativa sobre estos acontecimientos a largo plazo que contrarreste los populares que culpan de todos los males a los mercados orientados globalmente y ofrezca la esperanza de acciones políticas que pueden restaurar las clases medias y un sentido entre los votantes de que los beneficios del crecimiento económico pueden compartirse con más justicia”.

A la hora de dar recetas para enfrentar los retos, el FMI considera“esencial” combinar las reformas estructurales con otras a corto plazo en apoyo a la demanda para dar vigor al crecimiento a medio plazo y pide explotar las sinergias entre distintas herramientas políticas y “no dejar todo el peso de la estabilización sobre los hombros de los bancos centrales”.