La Comisión Europea propuso ayer a los países de la Unión Europea crear un Fondo Monetario Europeo (FME) a mediados del 2019, dentro del marco de una amplia reforma de la zona euro que incluye la nueva figura de un superministro europeo de Economía y Finanzas a partir de noviembre del 2019.

Este superministro debería acumular las funciones del comisario europeo de Economía y del presidente del Eurogrupo, con rango de vicepresidente permanente de la Comisión Europea y de alto representante de la UE en foros internacionales. El reciente nombramiento del ministro socialista portugués de Economía, Mario Centeno, al frente del Eurogrupo (ministros de Finanzas de la zona euro) le coloca en una posición privilegiada para optar a este puesto.

Todas estas propuestas de reforma, que buscan dar un nuevo impulso a la construcción de la Unión Europea y de la zona euro, fueron presentadas ayer en Bruselas por el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, y los comisarios Günther Oettinger y Pierre Moscovici. Las reformas presentadas incluyen la introducción de una línea presupuestaria para la zona euro, así como la obligación de incorporar en los ordenamientos jurídicos nacionales las reglas de déficit y deuda del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. También se proyectan incentivos para países de la UE que, como Bulgaria o Croacia, decidan sumarse al euro en el futuro.

Estas iniciativas ya fueron adelantadas en septiembre por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. Tras su presentación formal ayer, las propuestas de reforma serán discutidas por primera vez por los jefes de Estado y de Gobierno durante una cumbre especial el 15 de diciembre que también se centrará en el brexit. El objetivo es que la UE adopte decisiones sobre estas propuestas de la CE en la cumbre del próximo mes de junio

Sucede, sin embargo, que este nuevo paquete de reformas llegará a la mesa de los jefes de Estado y Gobierno en un delicado momento político en Alemania, donde la ganadora de las últimas elecciones, la conservadora Angela Merkel, negocia ahora con grandes dificultades la formación de un nuevo ejecutivo con los socialdemócratas de Martin Schulz, con riesgo de una nueva convocatoria electoral.

Control del Parlamento / Según el vicepresidente Dombrovskis, todas estas medidas buscan «ayudar a responder a las crisis del futuro con una mayor visión democrática». «Se trata de prevenir futuras crisis, de estar preparados», remachó el comisario alemán Oettinger; y todo ello, aprovechando la «oportunidad» que brinda la actual bonanza económica de la zona euro para acometer reformas, según Moscovici.

En concreto, la Comisión Europea plantea «transformar el actual Mecanismo Europeo de Estabilidad (MES), órgano intergubernamental de gestión de la crisis, creado por los 19 estados miembros de la zona euro, en un Fondo Monetario Europeo», explicó el comisario Moscovici. La idea es que el nuevo FME funcione como un «órgano comunitario», rindiendo cuentas de su actuación «ante el Parlamento Europeo». Este cambio inquieta a países como Alemania, por el temor de pérdida de influencia en un mecanismo del que son el principal aportador de fondos.

Financiado por los estados miembros, este FME, además de prevenir crisis y articular el posible rescate de países, podría también ejercer un papel de garantía para los bancos de la zona euro en dificultades.