Era el gran favorito y las quinielas han acertado de pleno. El ministro de economía español, Luis de Guindos, se convertirá en el nuevo vicepresidente del Banco Central Europeo cuando expire el mandato del portugués Vitor Constancio el próximo 31 de mayo. La renuncia de última hora de Irlanda a presentar al gobernador del Banco de Irlanda, Philip Lane, para posibilitar la elección por consenso, dejó el camino expedito a Guindos que dimitirá «en los próximos días» de su cargo en el Ejecutivo español.

«En cuanto vuelva hablaré con el presidente del Gobierno, pero en los próximos días presentaré mi dimisión. Será una cuestión de días», anunció sugiriendo que se hará a un lado antes de acudir este 26 de febrero al examen oficial en la comisión de asuntos económicos de la Eurocámara. Un proceso que afronta contento y satisfecho -agradeció la oportunidad a Mariano Rajoy- porque muestra que España ha recuperado «muchísimo prestigio» en la Unión Europea.

«El BCE es la institución más importante dentro la unión monetaria. Para mi supone un desafío. Lo afronto con humildad, ganas de aprender y para defender su independencia como siempre he hecho», explicó tras la nominación del Eurogrupo en el que no participó. Desde que España oficializó la candidatura de Luis de Guindos, el ministro se había convertido en el gran favorito y, pese al prestigio de su rival irlandés, había ido sumando paulatinamente el apoyo de socios. Empezando por Alemania, Portugal, Malta, Austria o Eslovaquia hasta Francia cuyo ministro, Bruno Le Maire, le alababa públicamente antes del inicio de la reunión.

El resultado fue que el ministro irlandés, Paschal Donohue, optó finalmente por dar un paso atrás y retirar a su candidato a la espera de una nueva oportunidad en un futuro próximo. «Creemos que es muy importante, dada la importancia del puesto de vicepresidente del BCE, que la decisión se adopte por consenso así que voy a retirar el nombre de Philip. Estoy convencido de que Guindos hará un excelente trabajo en el consejo de gobierno del BCE y como vicepresidente. Según sus cualificaciones y experiencia como ministro, está muy preparado para hacer ese trabajo», explicó.

El siguiente paso se producirá hoy en el Ecofin, que deberá ratificar la nominación, aunque será un mero trámite. «Estoy contento de anunciar que la decisión ha sido unánime. El Ecofin formalizará la recomendación al Consejo Europeo y los líderes adoptarán la decisión en la cumbre de marzo, tras consultar al Parlamento Europeo y el BCE», indicó el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, que ensalzó el perfil del español y la transparencia del proceso. «Tiene las cualidades para el BCE y confío en que actuará con independencia y en interés de los ciudadanos de la zona euro», insistió el portugués rechazando las críticas por el perfil político del ministro.

A partir de hoy la pelota pasa a manos de la Eurocámara y el BCE, que deberán emitir cada uno un dictamen de opinión que no tendrá carácter vinculante pero puede generar algo de controversia dadas las críticas de las últimas semanas de los verdes y la izquierda europea contra Guindos por el riesgo de politización de una institución independiente como es el BCE.

La nominación de Guindos, que ocupará el cargo ocho años no renovables y multiplicará por cinco su salario de ministro (a 334.000 euros brutos), permitirá a España recuperar la silla en el consejo de gobierno del BCE que perdió en el 2012 cuando se terminó el mandato de José Manuel González Páramo y el Eurogrupo se decantó por el candidato luxemburgués, Yves Mersch, en vez del sustituto propuesto por el Gobierno de Mariano Rajoy, Antonio Sainz de Vicuña.

UN MOMENTO CLAVE / Se rompió entonces una regla no escrita según la cual los cuatro países grandes de la zona euro -Alemania, Francia, Italia y España- estarán siempre representados en el directorio del eurobanco. Con la decisión de ayer España regresará a la cúpula del BCE en un momento clave para la política monetaria de la Eurozona, con el debate sobre la política de estímulos en marcha y a la espera de que la entidad decida la velocidad con la que retira esos salvavidas.