Siguen los problemas para Volkswagen. El mayor fondo de riqueza soberano del mundo, el Norges Bank Investment Management de Noruega, ha anunciado que se unirá a las demandas contra el gigante de la automoción alemán por el escándalo de las emisiones contaminantes. Así, este fondo petrolero que maneja activos estimados en 750.000 millones de euros, planea unirse en las próximas semanas a una demanda colectiva presentada en los tribunales alemanes.

El impacto de la crisis de Volkswagen, conocida popularmente como ‘dieselgate’, tuvo una fuerte repercusión en los mercados. El Norges Bank, que a su vez es el cuarto mayor accionista de Volkswagen, denuncia que esa mala praxis contribuyó a sufrir unas pérdidas de 530 millones de euros durante el segundo trimestre, algo que ahora quiere que se compense. "Como inversor es nuestra responsabilidad salvaguardar los intereses del fondo en Volkswagen", ha señalado Petter Johnsen, jefe de inversiones estratégicas, en el diario Financial Times.

La denuncia ilustra la ira de los accionistas e inversores. En septiembre del año pasado, poco después de conocerse la manipulación de Volkswagen, las acciones de la compañía se hundieron hasta un 20% en la bolsa alemana. Eso, además de generar severas pérdidas entre su accionariado, también golpeó al sector automovilístico alemán, donde otros grandes proveedores como BMW o Daimler cosecharon fuertes caídas en bolsa.

Las provisiones globales de Volkswagen para hacer frente al dieselgate son, por ahora, de 16.200 millones de euros, lo que ha tenido como efecto que el grupo haya declarado unas pérdidas récord de 1.400 millones de euros en el 2015 frente a unas ganancias de 11.800 millones en el ejercicio anterior. De los 16.200 millones que la compañía considera que se puede gastar en resolver el fraude para camuflar las emisiones de óxido de nitrógeno, un total de 7.800 millones corresponden a la recompra de vehículos, que la firma limita a un máximo de 600.000 unidades en Estados Unidos exclusivamente, así como a la reprogramación de los motores y la instalación de un filtro de un total de 11 millones de turismos en todo el mundo.

MAR DE DENUNCIAS

Volkswagen se encuentra en medio de un mar de denuncias que amenaza que ahogar con a la compañía. Tras las revelaciones que certificaron la manipulación de cientos de miles de sus vehículos el principal fabricante de automóviles de Europa se vio asediado por investigaciones judiciales y querellas alrededor del mundo, impulsadas tanto por el Estado como por parte de los ciudadanos afectados.

La más rápida fue la de la justicia estadounidense. Tras largos meses de negociaciones el pasado mes de abril las autoridades de la primera potencia mundial y la cúpula de Volkswagen llegaron a un preacuerdo para indemnizar a los 480.000 clientes afectados por el engaño de sus emisiones contaminantes. En Europa, donde la firma de Wolfsburgo tiene su mayor presencia en el mercado, grandes países como Alemania, Francia, España o el Reino Unido también impulsaron investigaciones y denuncias que aún no se han cerrado pero no se espera que haya compensación alguna. Un total de 20 países ha denunciado a la compañía.

A pesar de tener tantos frentes abiertos y de la sangría económica y de reputación que ha supuesto el ‘Dieselgate’, Volkswagen ha seguido creciendo en sus ventas al mercado. Entre enero y marzo la compañía vendió 2,5 millones de vehículos, un 0,8% más que el año pasado.