La cancillera alemana, Angela Merkel, eludió este martes comentar la posibilidad de que el Estado intervenga ante la situación que atraviesa el Deutsche Bank, el primer banco del país, y mostró su deseo de que todas las empresas tengan una buena evolución, "también cuando atraviesan dificultades temporales". La situación del Deutsche Bank fue objeto de una de las preguntas durante la rueda de prensa organizada en la cancillería junto con el primer ministro de Malaisia, Najib Razak, después de que la entidad cayera el lunes el 7,6% en bolsa al considerarse inevitable que tendrá que ampliar capital y por rumores de que no recibirá ayuda estatal para afrontar sus pagos.

"El Deutsche Bank es parte del sistema bancario y financiero alemán. Naturalmente deseamos que todas las empresas, también cuando atraviesan dificultades temporales, tengan una buena evolución", se limitó a señalar Merkel, dejando claro que no iba a hacer más comentarios. Las acciones de Deutsche Bank han caído con mucha fuerza desde que el Departamento de Justicia de EEUU pidiera una multa de 14.000 millones de dólares por negocios con hipotecas dudosos.