Las mujeres cobran menos que los hombres. En concreto esabrecha salarial se sitúa en torno al 26% en términos deganancias anuales brutas en Catalunya, según un estudio de la Generalitat presentado este miércoles por la 'consellera' de Treball, Dolors Bassa. El informe destaca que esa brecha salarial ha tenido fluctuaciones en los últimos años pero se alcanzó un máximo con respecto al 2008 en el 2014. El estudio revela una desigualdad del 15,9% en perjuicio de la mujer en términos de sueldo por hora trabajada.

Una de las conclusiones del estudio es que la brecha salarial se ha ampliado en el caso de los contratos indefinidos pero se ha reducido entre hombres y mujeres con contratos temporales. El Govern ha decidido potenciar la dotación presupuestaria para planes de igualdad en las empresas y entidades locales, que pasarán de 60.000 euros en el 2015 a 500.000 euros este año 2017.

En opinión de Bassa, la desigualdad entre hombres y mujeres en el trabajo "se manifiesta en la infravaloración del trabajo realizado por las mujeres". La brecha salarial es, según la 'consellera', "a causa de la escasa presencia de mujeres en puestos de liderazgo y decisión, en las dificultades para conciliar vida personal, familiar y laboral, así como en la muy desigual distribución de las responsabilidades familiares". Sin hacer referencia expresa, el estudio deja en evidencia que la brecha salarial es un efecto colateral también de los déficits del Estado del bienestar.

BRECHA Y EUROPA

Los datos de la oficina estadística europea indican que la brecha salarial en España y Catalunya se redujo de manera apreciable entre el 2013 y el 2014. Por primera vez, la brecha fue menor en Catalunya y España que la media de la UE, e inferior en Catalunya que en España (dos décimas menos). El informe de la Generalitat reconoce que esa reducción se debió más a los ajustes laborales (más temporalidad) y de sector (pérdida de ocupados en la construcción e industria) que a una situación de más igualdad laboral.

BRECHA Y ESTADO DEL BIENESTAR

Los economistas suelen hacer referencia al caso sueco, como ejemplo clásico a analizar la introducción exitosa de la mujer en el mundo laboral. En la posguerra, Suecia basó su expansión económica en la incorporación de la mujer al mundo laboral para elevar la productividad del país. Para conseguirlo, fue necesario potenciar estructuras paralelas asociadasa al Estado del bienestar, como las bajas por maternidad para los hombres, las ayudas al cuidado de los mayores y los hijos, etc. Solo de esa manera fue posible que la mujer no rompiese su carrera laboral por motivos familiares y accediese a tareas más cualificadas, clave para que ese indicador de la brecha salarial tienda minimizarse de manera consistente. Catalunya y su precario Estado del bienestar está muy alejado de ese modelo sueco y sufre las consecuencias estructurales de una incorporación de la mujer al mercado laboral con problemas estructurales.

BRECHA Y CUESTIONES CULTURALES

En Catalunya, la crisis y las políticas económicas basadas en los recortes presupuestarios han erosionado ese Estado del bienestar y la brecha salarial se ha visto afectada. Pero también existen cuestiones culturales que influyen. El estudio de la Generalitat reconoce que "si se tuviese en cuenta la formación y la experiencia, la brecha salarial debería ser un 2% superior favorable a las mujeres". Y es que los indicadores reflejan claramente las consecuencias de un modelo social con escasos resortes de protección a la familia, en el que la mujer tiende a asumir por razones culturales mayor responsabilidad en la organización del hogar. Así, la tasa de ocupación es 8,3% más baja en el caso de las mujer, pese a que la tasa de población activa con estudios superiores es 10 puntos superior en el caso de la mujer (con una tasa de abandono prematuro de los estudios ocho puntos inferior a la del hombre).