Más de la mitad de la deuda pública europea en circulación cotiza actualmente con tipos negativos. El euríbor a un año, el tipo al que se prestan el dinero los bancos entre ellos y que sirve de referencia para la revisión de la mayoría de hipotecas en España, está a punto de bajar de cero. De hecho, el pasado viernes, el índice se situó por primera vez en negativo, al fijarse en -0,002%. Hay cinco bancos centrales (Suecia, Dinamarca, Suiza, Japón y BCE) que cobran dinero a sus entidades financieras por guardarles su liquidez. Dos multinacionales, Nestlé y Shell, han colocado bonos por los que no tendrán que pagar al ahorrador, sino al contrario, le cobrarán un pequeño porcentaje. El Tesoro español se sumó en abril del 2015 al club de los países con deuda negativa del que ya formaban parte Alemania, Francia, Suiza, Suecia y Dinamarca.

EL MUNDO, AL REVÉS

Todo esto son pinceladas del mundo al revés en que se han convertido las reglas de juego de la economía mundial como consecuencia de los tipos negativos de interés. Un nuevo panorama en el que todos los agentes implicados están reaccionando con bastante desconcierto, e incluso con medidas para blindarse para no perder más rentabilidad. El caso más ejemplar es el de varios bancos españoles que empiezan a colocar cláusulas en sus contratos de préstamos para evitar tener que pagar en caso de tipos muy negativos.

“En las aventuras de Tom Sawyer, Mark Twain nos enseña que la clave de la buena gestión es que los amigos te pinten la valla y que te paguen por el privilegio de hacerlo. En el contexto actual, algunos títulos de deuda soberana han superado este baremo”, decía hace poco más de un año el jefe del Departamento Monetario y Económico del Banco de Pagos Internacionales (BPI), Claudio Borio, para describir el fenómeno.

“Es un mundo que yo no esperaba ver. Pero existe”, comenta el profesor emérito de Finanzas Internacionales de Esade, Robert Tornabell. Es un fenómeno al que los agentes económicos se enfrentan con perplejidad, sin saber hasta cuándo va a durar ni cuáles serán las consecuencias últimas de esta anomalía que lleva a que quien presta dinero además tenga que pagar por ello; o bien, a que quien deposite dinero en una entidad, en lugar de cobrar un interés, tenga que pagarlo.

EXCESO DE LIQUIDEZ

Pero, ¿por qué se ha llegado a este punto? “Una situación así solo se justifica por la confluencia atípica de una serie de factores: exceso de liquidez, debilidad económica y una inflación demasiado baja”, se afirma desde Bankia, en un análisis publicado en diciembre.

El exceso de liquidez procede de la mayor cantidad de dinero que están imprimiendo los bancos centrales con el fin de estimular el crédito y calentar una inflación demasiado baja.

La debilidad económica, sin embargo, hace que ese exceso de liquidez no se destine a proyectos de inversión, sino que busque refugios (como el oro) o se quede inmovilizado en el banco central. Para evitar que ese exceso de dinero se quede dormido, el Banco Central Europeo (BCE) empezó a penalizarlo con tipos negativosen julio del 2014, con el fin de animar a las entidades a buscar una mayor rentabilidad mediante la concesión de créditos a familias y empresas. En la actualidad el tipo negativo de la facilidad de depósito del BCE es del -0,30% y no se descarta que la penalización aumente al -0,40% o más a partir de marzo.

EURÍBOR

“Esto es lo que está haciendo que se desplome el euríbor a un año”, explica Jorge Rodríguez, miembro de CFA Spain. El euríbor es el tipo de interés al que se prestan los bancos entre sí a un año. Como los bancos son penalizados por dejar su liquidez en el BCE la ofrecen a otras entidades en el mercado interbancario de Londres, avanzaTornabell en la explicación. Y están dispuestos a prestarlo a un tipo negativo, siempre que no lo sea tanto como en el BCE.

Por eso ya hay tipos negativos en el mercado interbancario a uno, tres y seis meses e incluso ha sucedido de forma simbólica en el plazo a un año. “No es descabellado que sea así a partir del segundo trimestre”, opina Rodríguez, ya que la expectativa es que el BCE mantenga su política hasta al menos marzo del 2017. Alejandro Vidal, director de estrategia de mercados de Banca March, no descarta que el euríbor negativo se prolongue durante todo el 2016 y el 2017.

Servicios de estudios de otras entidades financieras, sin embargo, prevén que el euríbor se mantendrá en torno al 0% (sin caer a la zona negativa) hasta final del 2016 antes de empezar a reputar hasta llegar al 1% a finales del 2018.

Tipo de cambio y guerra de divisas

Jorge Rodríguez, miembro de CFA Spain, opina que detrás de la decisión de los bancos centrales de aplicar tipos negativos existe un motivo inconfesable, que es el de favorecer una depreciación de la moneda. Eso -explica- permite estimular la exportación y el crecimiento económico, al tiempo que estimula la inflación, pues los productos que se importan resultan más caros. “Pero eso sería hablar de guerra de divisas y es un tema tabú para los bancos centrales”, recalca el analista. Uno de los casos más claros de este tipo de actuación ha sido el de Suiza en un intento de frenar las fuertes tensiones apreciadoras sobre su moneda, al ser considerada por los inversores como un activo refugio, como destacan otros servicios de estudios.

De momento, los bancos son los que más están sufriendo con esta nueva normalidad. Su manera de hacer negocio (tomar prestado dinero a través de depósitos y volverlo a prestar ellos a un precio mayor) se ha venido abajo por el momento. “Es un terreno desconocido”, admitía esta semana el presidente delBBVA, Francisco González. “La teoría económica nos enseñaba que con bajos tipos de interés aumentaba la inversión, pero es algo que no vemos ahora”, añadió haciendo alusión a lo que ya se conoce como “trampa de liquidez”.