La Organización Internacional del Trabajo (OIT) alerta de que se está produciendo una "creciente desvinculación" entre los ingresos del trabajo y la productividad, es decir, que los trabajadores cada vez ganan menos por lo que aportan a sus empresas.

En un informe titulado Perspectivas sociales y del empleo en el mundo, se señala que cada vez más se impone la tendencia de que el empleo estable y a tiempo completo deja paso a otros modelo laboral de condiciones más precarias.

"El empleo informal sigue siendo una práctica corriente en muchos países y la utilización de contratos de muy corta duración y de horarios de trabajo irregulares se está generalizando en los tramos inferiores de las cadenas de suministro mundiales", avisa la OIT, que explica parte de esta "mutación" por el uso de las nuevas tecnologías y los cambios en la forma en que las empresas organizan actualmente la producción.

Menos asalariados

Menos del 40% de los trabajadores asalariados tiene un empleo a tiempo completo y permanente, y la tendencia parece ser hacia la baja. La otra cara de la moneda es que seis de cada diez asalariados ocupados cuenta con un empleo a tiempo parcial o temporal.

En paralelo, el informe señala que también está proliferando el empleo por cuenta propia, así como otras formas de trabajo que quedan fuera del ámbito de los acuerdos suscritos tradicionalmente entre los empleadores y los trabajadores.

La OIT asegura que este contexto "ha redundado en una insuficiencia de la demanda agregada que ha persistido con fuerza a lo largo de los años posteriores a la crisis". El informe calcula que esta debilidad de la demanda mundial ha ocasionado pérdidas por valor de 3,7 billones de dólares (3,3 billones de euros).

Protección insuficiente

La OIT llama a los gobiernos a centrarse "únicamente" en promover la transición desde el empleo precario al indefinido y a tiempo completo, así como a asegurar una "protección adecuada".

En este sentido, la OIT sugiere que la cobertura de los sistemas de protección social es a día de hoy "insuficiente", entre otras cosas, porque llevan aparejados unos criterios de admisibilidad que en la práctica dejan como únicos beneficiarios a personas con contratos de trabajo regulares.

Frente a aquellos que creen que los sistemas de protección social desincentivan el empleo, la OIT remacha que "la reducción de la protección de los trabajadores no conlleva una reducción del desempleo".