Las desigualdades en el lugar de trabajo han aumentado "de manera considerable" en toda Europa como consecuencia de la crisis económica mundial y continuarán elevándose a medida que más países introduzcan medidas de austeridad y reformas laborales, según un estudio de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT).

El informe, que incluye datos provenientes de 30 países y 14 estudios nacionales realizados por especialistas europeos, refleja que los países que han hecho ajustes de flexibilidad externa, como España, han registrado "graves dificultades" en el ámbito laboral.

Durante la crisis, los trabajadores con contratos temporales se vieron "fuertemente afectados" por los despidos y fueron utilizados como una especie de "amortiguadores del empleo", como en el caso de España, donde el 90% de los puestos de trabajo perdidos son temporales. La OIT constata que los países que han dependido de la contratación temporal, entre los que se encuentra España, han tenido graves dificultades en su mercado laboral.

"La dependencia excesiva durante cerca de 20 años de la contratación temporal ha tornado al país vulnerable, provocando una caída drástica del empleo como respuesta a la recesión económica", sostiene el informe. Si se compara con 2009, el riesgo de pobreza ha aumentado en 2 puntos porcentuales en España, hasta alcanzar el 21,8% en 2011.

La OIT apunta además que en la mayor parte de los países europeos, las tasas de paro juvenil representan aproximadamente el doble que las de los trabajadores mayores, con alzas más pronunciadas en Estonia, Lituania y Letonia, así como en España, Irlanda y Grecia. Además, el informe pone de manifiesto que los trabajadores poco cualificados se han visto particularmente afectados por la crisis a medida que las empresas manufactureras empezaron a despedir plantilla.

LAS MUJERES EN EMPLEOS MASCULINOS, LAS PRIMERAS DESPEDIDAS.

A pesar de que los hombres inicialmente se vieron más afectados por la crisis que las mujeres (un 6% más en los Estados bálticos, Irlanda y España), "las prácticas discriminatorias contra las mujeres se han agravado a lo largo de los últimos años", según apunta el estudio. Así, las mujeres empleadas en los sectores donde predomina la mano de obra masculina fueron las primeras en ser despedidas o en experimentar mayores recortes salariales.

En el estudio se citan varios ejemplos de "buenas prácticas" llevadas a cabo por algunos gobiernos para mitigar el impacto de la crisis, como el 'milagro alemán' de bajo desempleo, logrado gracias a la ampliación de la jornada laboral reducida, o el caso de Suecia, que aplicó medidas específicas para ayudar a los jóvenes a conservar sus empleos o a participar en programas de formación. La OIT destaca además que las políticas industriales destinadas a apoyar los sectores en dificultad, como el de la construcción o el automotriz, y financiadas con fondos públicos, han sido "eficaces".

Los autores de este informe también resaltan el importante papel que ha tenido el diálogo social en la negociación de alternativas a los despidos, por lo general, a través de reducciones de los salarios y/o de las horas de trabajo, como ha ocurrido en Alemania y Francia. En países donde la negociación salarial es limitada, como Estonia, Letonia y Lituania, tanto los recortes de personal como salariales fueron "inmediatos e importantes".

LA CRISIS PUEDE FRENAR EL PROGRESO EN LAS CONDICIONES LABORALES.

En cuanto a las nuevas medidas y reformas laborales aprobadas en 2012 para estimular la competitividad, entre las que el estudio menciona la congelación del salario mínimo en España, la decisión de multiplicar los mecanismos a tiempo parcial en Francia, y una moderación adicional de los salarios en Alemania y otros países, la OIT alerta de que pueden acarrear como consecuencia directa el aumento de las desigualdades. "Un número mayor de personas se volverá más vulnerable a futuras crisis", añade.

En algunos países, como Bulgaria, Hungría y Reino Unido, han aumentado las diferencias retributivas entre los trabajadores en la base y en la cima de la escala salarial. "El mensaje central de este estudio puede ser sintetizado en términos muy sencillos: las desigualdades en el trabajo no sólo contribuyeron a desencadenar la crisis económica, sino que han empeorado como consecuencia de la misma", ha señalado el asesor especial de la OIT y responsable de políticas salariales, Daniel Vaughan-Whitehead.

En este sentido, en el estudio se advierte de que, a largo plazo, la crisis "puede detener los progresos alcanzados en Europa en relación con el empleo y las condiciones de trabajo". "Esto debería motivar a todas las autoridades ejecutivas y a los actores económicos -aún en los períodos de consolidación fiscal- a colocar la lucha contra las desigualdades en el corazón de su agenda política, y a desarrollar un conjunto de políticas que aborden estas desigualdades en el mundo del trabajo", concluye Daniel Vaughan-Whitehead.